Las patrañas de la Segunda República

El aniversario de la Segunda República ha servido para celebrar pequeños homenajes a las víctimas de uno sólo de los bandos de la Guerra Civil, para que algunos líderes políticos y sindicales digan que la república es más democrática que la monarquía y poco mas.

En cuanto a lo primero, cualquiera que investigue un poco en busca de la historia sabe que uno de los dos bandos se levantó contra la república en 1936. El otro ya lo había hecho en 1934. Defender la república sólo cuando se gobierna y preparar un golpe contra ella cuando se pasa a la oposición no es realmente ser republicano ni demócrata. No tiene demasiado sentido, por consiguiente, que se presente ahora como gran defensor de la república a ninguno de los dos bandos.

Pero aún hay más. La segunda República llegó a España como resultado de que el rey decidió abandonar el país. A su vez, esta decisión se produjo como consecuencia de que en unas elecciones municipales los republicanos ganaron en bastantes de las principales capitales. Sin embargo, en conjunto ni siquiera ganaron las elecciones. La inmensa mayoría de los ayuntamientos en aquellas elecciones municipales acabaron en manos de los partidos monárquicos. El rey Alfonso XIII, no obstante, consideró que “las elecciones celebradas el domingo me revelan claramente que no tengo hoy el amor de mi pueblo” y se marchó a Francia. Alfonso XIII concluyó tras los resultados que “Hallaría medios sobrados para mantener mis regias prerrogativas, en eficaz forcejeo con quienes las combaten. Pero, resueltamente, quiero apartarme de cuanto sea lanzar a un compatriota contra otro en fratricida guerra civil”.

De este modo la Segunda República llegó como un hecho consumado por abandono del monarca. Nadie la votó. Ninguna mayoría de electores la respaldó. El general Sanjurjo (tal cual) se presentó ante el llamado “Comité Revolucionario” formado en octubre de 1930 tras la adhesión del PSOE al Pacto de San Sebastián reconociéndolo de hecho como gobierno provisional. Unos meses después se convocarían elecciones, que ganó la izquierda republicana. Antes de fin de año las Cortes aprobaron la Constitución de 1931 que, a diferencia de la de 1978, nunca se sometió a referendum ni la ciudadanía la votó. A pesar de lo cual algunos políticos actuales consideran más democrática y más respaldada la Segunda República que la actual monarquía.

Por el contrario. No sólo es que ni la República ni la Constitución de 1931 fueron jamás sometidas a plebiscito popular, es que los republicanos no se limitaron a proclamar una república, sino que además prohibieron que se defendieran las ideas monárquicas. El artículo 1.6 de la Ley de Defensa de la República, de octubre de 1931, estableció que “son acto de agresión a la República”, pasando a estar prohibidos, actos como la mera “apología del régimen monárquico o de las personas en que se pretenda vincular su representación y el uso de emblemas, insignias o distintivos alusivos a uno u otras”.

De nuevo la Constitución de 1978 vuelve a mostrarse democráticamente superior. Por lo menos no es ilegal ser republicano ni defender ideas republicanas ni pretender cambiar la Constitución para establecer una república.

El actual aniversario de la Segunda República, por otra parte, viene marcado por la desafección hacia la monarquía de una parte de la población ante los últimos escándalos y meteduras de pata de la realeza. El debate entre monárquicos y republicanos, no obstante, debería ser más abstracto que el escándalo concreto. Sin ir más lejos, el presidente de la República Federal de Alemania, Christian Wulff (que nadie sabe quién es), dimitió el año pasado por un escándalo de corrupción. Un año antes, el expresidente de la República en Francia, Jacques Chirac, fue condenado por malversación de fondos públicos. Si alguien piensa que el sistema republicano es por definición menos corrupto o escandaloso, obviamente está equivocado.

Nada que ver tiene tampoco con la libertad y la democracia que un estado sea monárquico o republicano. Hay monarquías en las que existe un régimen democrático de libertades como Suecia, Gran Bretaña, Holanda o Noruega, y repúblicas tan totalitarias como Corea del Norte, Cuba o la extinta URSS. Eminencias intelectuales como Willy Toledo han intentado incluso ligar la monarquía con el fascismo, aunque la Italia fascista o el nazismo alemán se caracterizaron precisamente por ser regímenes republicanos.

¿Monarquía o república?

Entre las características de la monarquía, por otro lado, se cuentan algunas ventajas como su exclusividad. Cualquiera puede ser una república, pero no todo el mundo puede ser una monarquía. Para eso hace falta un pasado y una trayectoria. Si Cataluña o Euskadi fueran algún día independientes, necesariamente tendrían que ser una república. Como los EEUU. La historia de una nación es en buena medida la historia de sus reyes y sus reinados. Los países nuevos no tienen historia ni reyes. La monarquía, en ese sentido, es casi un patrimonio histórico nacional.

Otro elemento interesante de la monarquía es su carácter apartidista como elemento unificador. Especialmente en un país como el nuestro, tan partidista y cainita. Cierto es que podría existir un presidente del gobierno y paralelamente un presidente de la república apartidista, más o menos consensuado. Si repasamos este tipo de figuras en otros países, lo cierto es que todos sabemos que Angela Merkel es la presidenta del gobierno de Alemania, pero nadie conoce quién es el presidente de Alemania. Por otro lado, la existencia de esta duplicidad entre la figura del presidente de la república y el presidente del gobierno evita cualquier posible ahorro respecto al coste de una monarquía. Y si sólo hay presidente del gobierno ya no hay figura institucional alguna apartidista.

La reflexión final podría ser la relativa a la bandera. No existe una bandera monárquica y otra republicana. La rojigualda es la bandera de todos los españoles. La rojigualda es anterior a la actual monarquía y también anterior a la Segunda República. La bandera de la Primera República era la rojigualda. La bandera de una hipotética tercera república no tendría por qué no ser rojigualda. La bandera republicana, por el contrario, es la bandera de unos pocos. Es la bandera de una república concreta en un momento concreto y de una facción concreta dentro de esa república trágicamente fallida.

Por lo demás, aunque el debate es interesante, lo que casi todo el mundo puede tener claro es que si mañana España pasara de ser monarquía a república al día siguiente, mágicamente, ni bajaría el paro, ni Artur Mas sería menos independentista, ni se reduciría el déficit, ni estaríamos menos endeudados, que son las cuestiones que nos apremian.

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17 respuestas

  1. Efectivamente, el bloque de los partidos de derechas ganó las elecciones del 12 de abril de 1931 (que eran municipales). Y artículos como «El error Berenguer» fue un artículo publicado por Ortega y Gasset y el mítin, seguido de un artículo en «El Sol» por la Agrupación de Intelectuales al Servicio de la República, celebrado el 12 de febrero de 1931, fue celebrado por Ortega y Gasset, Pérez de Ayala y otros. Vamos una colección de izquierdistas. Y Franco restauró la monarquía, pero se tomó su tiempo (39 años).
    La república la trajo la monarquía (su mal hacer) por lo que no hay que asociar derecha y monarquía e izquierda y república. En la primera los hay republicanos. Los errores de la Casa Real son los que hacen peligrar la institución.

  2. El problema es que tenemos una izquierda que asocia República con barra libre de socialismo (comunismo) y con vía libre para el liberticidio y el exterminio de todo lo que no es de su cuerda; Iglesia, monárquicos, liberales…etc. Se creen que están en la segunda vuelta del 36 cuando la del 36 ya fue la vuelta del 34. Llegan 80 años tarde con recetas dos siglos ancianas. Y encima se creen unos «modelnos». Y aliados hoy como ayer de los nazismos vasco y catalán.

  3. Me da pena ver como los hijos de los que pelearon por España y sus valores,Dios y la patria y el rey,a día de hoy ensucian la memoria de los suyos volviendo a los mismos errores del 31-34,y no aprenden.En vez de arrimar el hombro para depurar hoy los fallos de los padres de la constitución,para mejorar todos juntos los fallos y crear una Democracia más fuerte,menos derrochadora,,más España,con leyes justas y firmes,que acaben con los defraudadores y castiguen a los que meten la mano en lo público.Ya vale al socialismo de apoyar a la izquierda rancia con fantasmas malos del pasado,ya vale,y a criados sin oficio ni beneficio,dígase aquí un tal Eceolaza,dedíquese a estudiar algo y busque trabajo,no de vergüenza con batallitas de sus tatarabuelos.

  4. Me parece increíble en la época que estamos que resucitemos la república y se intente labrar el camino del la III.

    Esto es lo que tienen las crisis profundas que resucitan todos los espíritus, y a este paso también vuelve el Carlismo, como bien lo nombra Navarrisimo.

    Cuando leo a Ortega y Gasset, lo hago desde un punto de vista objetivo e intelectual sin posicionarme en un lado ni en otro y me quedo con una de sus frases que cita en el libro La rebelión de las Masas, y dice:

    Ser de la izquierda es, como ser de la derecha, una de las infinitas maneras que el hombre puede elegir para ser imbécil: ambas, en efecto, son formas de la hemiplejía moral.

    Si con la situación actual esto es lo que somos capaces de hacer, no somos capaces de hacer nada, si no desperdiciar un futuro maravilloso.

  5. Nos remontamos a tiempos de la II República, a finales de 1933; después de dos años de parálisis económica, hambre por todas partes, represiones, anulación de gran parte de las libertades por la Ley de Defensa de la República etc. finalizó el mandato del gobierno republicano-socialista. La CEDA de Gil-Robles (la derecha) ganó las elecciones y, lógicamente, le correspondía formar gobierno.

    En cuanto se sabe que las elecciones las han ganado “las derechas” y, por añadidura, de manera absolutamente clamorosa, Azaña (Presidente del Gobierno), un tipo que no podía soportar que la derecha llegara al poder, propone al presidente de la República (Alcalá-Zamora), la disolución de las Cámaras ¡nada menos!, y que se vuelva a repetir la votación, lo cual, como nuevo modelo de golpe estado, no estaba nada mal.

    Cuando Alcalá-Zamora pregunta a Azaña por qué tendría que hacerlo, éste le insiste en que esa gente no tiene “legitimidad republicana” ¡Manda huevos…!, que diría el ilustre Sr. Trillo.

    Por otra parte, me da la sensación que los republicanos de ahora, esos que tanto defienden la República y critican la Monarquía, lo que en realidad desean es que se implante la República golpista del Frente Popular, o sea, una República de corte soviético, tan democrática como, p.e., la RDD (la República Democrática Alemana).

  6. La Historia Historia es, y ahí queda. Aunque algunos piensan que las cosas se repiten, yo opino como el oscuro y se que no puedo bañarme dos veces en el mismo río.

    No es por tanto volver a lo andado. Y poco me daría a mí Monarquía o República si no fuera porque me da en la nariz que los que abogan por esta última forma de Jefatura del Estado, lo que en realidad quieren es acabar con España. Si no fuera por eso, como digo, poco me iba a importar que le dieran una patada en culo al Borbón.

  7. Vds mismos son lo que más argumentos dan en favor de la república cuando nos informan de que el presidente de la República Federal de Alemania, Christian Wulff dimitió el año pasado por un escándalo de corrupción o que un año antes, el expresidente de la República en Francia, Jacques Chirac, fue condenado por malversación de fondos público. En España el rey puede ser corrupto pero no puede ser imputado ni obligado a dimitir.

  8. Pero tienen ustedes alguna duda de que la gente esta hasta los mismisimos del sistema estatutario español???.

    ¿ Monarquia Constitucional ?.
    Tras los ultimos sucesos ocurridos con la corona, que sacan los colores a cualquiera menos a ellos, no entiendo como se mantiene.

    Resulta que ahora que vienen mal dadas y hay problemas, empiezan a aflorar chanchullos en todos los estamentos de la sociedad que estan en los sitios del poder, y ¿como iba a ser menos la monarquia?.
    Dando la imagen que esta dando, de total inpunidad, flaco favor se le esta haciendo por parte de los que quieren mantener esta institucion y mas sabiendo quien fue el que coloco al actual rey en el puesto, cosa que siempre se obvia.

  9. Efectivamente, Sr. de la Hucha, D. Fernando, la república la trajo la monarquía por su mal hacer, y fue auspiciada y apoyada por Ortega y Gasset y por otros intelectuales, no obstante, ¿no fue asimismo el gran Ortega y Gasset el que, en vista de la deriva totalitaria y antidemocrática que tomó el régimen republicano con la llegada al poder del frente Popular, dijo aquello de ¡No era esto, no era esto!?.

  10. Las personas tenemos escasa memoria objetiva y, cuanto más tiempo pasa, peor: idealizamos los supuestos beneficios e infravaloramos los perjuicios. Los mismo pasa con la república española, que fue ejemplo de casi nada, pero el paso del tiempo y una monarquía desnortada permiten idealizarla y mitificarla. De todas maneras, las épocas convulsas son las apropiadas para que los cazadores de acólitos salgan de pesca, y saben de nuestra escasa memoria y de nuestra gran vagancia, lo que nos lleva a alimentarnos intelectualmente de consignas que nos suministran: fáciles de aprender y de vomitar. Contra los males de hoy: 3ª república, paraísos fiscales, emprender, alemanes malos, no a los recortes, y con añadir los adjetivos «público» y «social» a cualquier cosa parece que se solucionan mágicamente.

  11. Estimado clarete: efectivamente la frase última es de Ortega y Gasset. De igual manera (no lo puedo adjuntar porque no tengo el attach) que una buena parte de los generales que se alzaron el 17 de julio (sí, han leido bien, no me equivoco) eran republicanos y alguno masón. De hecho el ideólogo era el General Mola (ex Director General de Seguridad con Azaña) y Franco era mirado con desdén por algunos. Pero, no divago, en el inencontrable Decreto de Burgos de 1938 se nombra a Franco literalmente «Jefe del Gobierno del Estado Español», pensando la Junta de Generales en «reconducir» la República y pensando en el General Cabanellas (cuya hija vive en Pamplona y a la cual conozco) como Presidente, entre otras cosas, porque era el más antiguo en el escalafón. Aparte de la extraña muerte del General Mola (la del General Sanjurjo es más conocida) hay un dato que todavía los historiadores discuten: ¿quién y porqué borró del Decreto de 1938 la expresión «del Gobierno», de forma que sin ser la pretensión inicial se quedó en «Jefe del Estado español», Estado que nunca se supo si era una república o que era. Y como último dato, ¿saben que jamás se derogó la Constitución de la II Republica de forma expresa?
    En fin, perdón por la hora y por el discurso.

  12. Así es, D. Fernando, curiosidades de la Historia, la Constitución de la II República ni se votó por «el pueblo» (ahora ciudadanía) ni fue derogada, España es diferente.

    Otra cosa curiosa es que en las elecciones de febrero de 1936 se proclamó vencedor el Frente Popular, y digo «se proclamó» porque las cifras de votos nunca se publicaron. Es de destacar que estas elecciones estuvieron plagadas de violencias, amenazas e irregularidades; siguió una serie de ilegalidades, como la arbitraria revisión de actas para quitar a la derecha numerosos escaños, la destitución del presidente Alcalá-Zamora y, de ahí, paso a paso… a la Guerra Civil. Si este tipo de República es la que desean algunos… ¡Que Dios nos pille confesados!. Y ¡ojo!, no soy monárquico, pero no deseo para mi país el tipo de República que representa la bandera tricolor.

  13. Se puede ser de izquierdas o de derechas , del Madrid o del barça, incluso todavía quedan republicanos o nacionales , pero monárquicos?? Vamos hombre eso sí que es el sistema político más obsoleto que existe, lo que pasa es que a este país le faltan todavía 100 años para alcanzar el sentido común .

  14. Me sumo a los comentarios expresados hasta ahora por la mayoría de los que me han precedido en los comentarios; entre otras cosas porque no hacen sino constatar hechos incontrovertibles, por más que dispares intereses los oculten.
    Por lo demás y más allá de errores puntuales de la Corona, que en nada pueden empañar la ejecutoria de Don Juan Carlos al servicio de España y los españoles (España, país cainita, desagradecido y desmemoriado), lo que estamos es ante una campaña orquestada por los que saben que para ellos contra peor mejor (partido comunista escondido tras múltiples siglas, entre las que destaca IU) y la estrategia de conquista de la última posición en el Estado no controlada por la apesebrada clase política y sindical que padecemos.

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