Las mutuas de trabajo, en su acepción actual, datan del año 1900. Coincide esta fecha con la publicación de la Ley de Accidentes de Trabajo, que instaura la responsabilidad objetiva del empresario obligando al patrono a indemnizar a los trabajadores accidentados; es decir, con independencia de la existencia de culpa empresarial. A consecuencia de esta ley van apareciendo las primeras Mutuas Patronales de Accidentes de Trabajo, con el carácter de entidades aseguradoras de las enfermedades profesionales y los accidentes en el trabajo. Las Mutuas se financian a través de las cuotas a cargo de las empresas que recauda la Tesorería General de la Seguridad Social del estado.
Las citadas cuotas que pagan las empresas permiten a las mutuas de trabajo gestionar apreciables cantidades de dinero aunque, para realizar desembolsos importantes, necesitan la supervisión del Ministerio. Al parecer, se estaría discutiendo un plan para absorber todas las mutuas de trabajo de España, que pasarían a convertirse en meras delegaciones del Ministerio de Trabajo. La clave de la decisión podría encontrarse en esos apetitosos fondos que gestionan las mutuas, y que se piensa que podrían superar en conjunto los 4.000 millones de euros.
Un comentario
Una pena: muchas mutuas trabajan muy bien, prestando asistencia sanitaria excelente (es decir, de calidad y con rapidez) y controlando la sangría que supone el fraude de prestaciones. Sus ahorros los va a chupar un estado en quiebra… van a matar a la gallina, no voy a decir de los huevos de oro, pero sí a la única «ponedora» del sistema.