La crónica de todo lo sucedido en el Capitolio resulta de lo más sorprendente, al punto de que hay cuatro muertos entre los seguidores de Trump y, partiendo de las crónicas periodísticas de los grandes medios, parece que son los partidarios de Trump los que provocaron las muertes y no quienes las padecieron. Teniendo en cuenta que gran parte de la campaña de la izquierda estadounidense pivotó sobre la violencia policial, resulta llamativo que estos cuatro muertos entre los seguidores de Trump se asuman con la mayor naturalidad. ¿Alguien se imagina las consecuencias de 4 muertos en el Rodea el Congreso o en el referéndum ilegal del separatismo catalán? Por el contrario, se asume la muerte de partidarios de Trump con la mayor naturalidad.
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En este sentido resulta improbable que vean siquiera ustedes en ningún telediario las imágenes del momento en que Ashli Babbitt, la mujer de 34 años tiroteada durante los incidentes, es abatida por los guardaespaldas de los congresistas demócratas. Las imágenes hubieran dado mucho juego de no ser una partidaria blanca de Trump la abatida, ya que aparte de ser una mujer iba desarmada, como el resto de personas de su grupo, que en realidad ni llegaba a la docena de asaltantes, que no habían llegado a traspasar la puerta que protegían los guardaespaldas, y que estaban rodeados por un numeroso grupo de policías fuertemente armados que llegaban en ese momento por su espalda. Lo mejor es que vean ustedes mismos lo sucedido, al menos mientras no desaparezcan de las redes todas las copias del vídeo.
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https://twitter.com/PhilAMellows/status/1347145309994983425
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No deja de ser paradójico que algunos medios se excusen para no publicar este vídeo en el hecho de que se trata de unas imágenes con un contenido duro e impactante. Son los mismos medios que durante meses estuvieron publicando en bucle las imágenes de la muerte de George Floyd asfixiado a manos de la policía. Cuando se trata de estas otras imágenes, sin embargo, no interesa su publicación. O lo que es peor, se persigue su publicación.
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Hay otros tres muertos entre los asaltantes del Capitolio de los que poco más se ha publicado. Por el contrario, a la vista de las noticias de agencia parece que les dio por morirse durante el asalto de forma natural. Todo esto teniendo en cuenta que algunos califican como peligroso «golpe de estado» un asalto al edificio durante el que las bolsas subían sin parar.
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No se trata con esto de aplaudir el asalto al Capitolio, que de hecho seguramente beneficia políticamente a los demócratas, sino de constatar una vez más las dos varas de medir y el control de la información. Hoy nadie en la izquierda hablará de brutalidad policial.
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