¿Está a la altura, nunca mejor dicho, el material de los bomberos de Navarra? El debate ha saltado ante el espectacular incendio en Pamplona el pasado miércoles de un edificio de ocho plantas, y la aparente insuficiencia de las escaleras de 30 metros para combatir el fuego en el tejado desde la altura necesaria.
A este respecto, parece que todas las ciudades modernas del mundo se enfrentan al hecho de que las casas más altas siempre son más altas que las escaleras más largas. ¿Pero cómo de larga puede ser una escalera?
En Europa, los bomberos de Moscú cuentan con plataformas elevadoras de la empresa finlandesa Bronto que alcanzan los 100 metros de altura. En España, las escaleras más largas alcanzan los 55 metros, y cuentan con este tipo de vehículos los bomberos de ciudades como Vigo o Valencia. Sin embargo, la utilidad de escaleras de este tamaño tampoco se encuentra exenta de polémica.
El tamaño de los vehículos que pueden incorporar escaleras, plataformas o brazos articulados de semejante longitud resulta inapropiado en multitud de casos para el trazado de las ciudades. Se trata de vehículos especiales extraordinariamente lentos cuyo tiempo de respuesta, hasta que se completa el desplazamiento del camión y el despliegue de la escalera y los estabilizadores, suele ofrecer resultados inaceptables. El vehículo sólo puede desplegar la escalera en terrenos casi perfectamente planos, y a menudo dañando el pavimento. Además, cuando la extensión de la escalera excede los 50 metros, incluso un ligero viento puede hacerlas inutilizables. Todo ello pone en cuestión la utilidad real ante una emergencia de este tipo de vehículos.
Un punto intermedio
Entre este tipo de vehículos, y las escaleras de 30 metros de los bomberos navarros, existe no obstante una gama de vehículos con escaleras cuyo tamaño ronda los 40 metros. En Zaragoza, los bomberos cuentan con un camión que dispone de un brazo telescópico de 42 metros. Los bomberos de Ávila o Vitoria cuentan con dispositivos similares de 39 metros. En el caso de Zamora, cuenta con una autoescala de 37,5 metros. Son sólo algunos ejemplos de los medios de que disponen nuestros vecinos. ¿Necesitan realmente los bomberos navarros escaleras más altas? ¿Habrá siempre una casa demasiado alta? ¿Son útiles las escaleras más altas? ¿Existen alternativas? ¿Serían convenientes y tal vez las necesitamos? El último incendio, además de para asombrarnos por su espectacularidad, debería servir para abordar las cuestiones planteadas y, en su caso, adotar las medidas adecuadas.
4 respuestas
Los brazos articulados me parecen superiores a las escalas mecánicas salvo para rescate de múltiples personas (si llega la escala, claro). Ahora bien, no es lo mismo un Snorkel que un Bronto ALP, etc.
Pero como no se trata de tener todo para todo (una mentalidad muy costosa)quizá haya que insistir más en prevención y educación y en medios en las propias fincas (como ya se contempla en la legislación actual).
Comparadas con las nuestras, las de los vecinos son siempre cortas.
No sólo es problema de la longitud de las escaleras, tampoco se cuenta con potencia de bombeo suficiente para llegar a esas alturas con solvencia.
Si nos fijamos en el ultimo incendio, se trataba de la octava planta y apenas salía agua por las mangueras, con presión insuficiente y el número de mangueras o cañones de agua que por el exterior echaban agua se limitaba a una manguera, con poca presión.
La Escuela de Arquitectura de la Universidad de Navarra celebra los próximos jueves y viernes, 20 y 21 de enero, un Seminario de Protección Contra Incendios dirigido a estudiantes, profesionales de la construcción y del área de incendios, y de los servicios de bomberos, protección civil y emergencias, dirigido por José Torero, director del Instituto de Infraestructura y Medio Ambiente y del Centro de Ingeniería de Seguridad contra Incendios de la Universidad de Edimburgo. José Torero ha participado como perito en las investigaciones de los siniestros del World Trade Center de Nueva York y de la Torre Windsor de Madrid, entre otros y ha participado en el diseño de los hangares del transbordador espacial en Florida, la Torre Heron en Londres, la seguridad del Túnel Clyde y Dartford, por los que ha recibido diversos premios y reconocimientos. Es autor de 20 capítulos en libros y más de 300 publicaciones técnicas en una amplia gama de temas asociados a la ingeniería de seguridad contra incendios