Las dietas de Itziar Gómez, candidata de Geroa Bai a la alcaldía de Pamplona

De Uxue Barkos se podrán decir muchas maldades menos que no es casta. Se trata de un lastre poderoso y todos conocemos ya de las dietas, firmas imitadas, sueldo, declaraciones, rectificaciones o la ubicuidad de Uxue Barkos. Pero al menos es Uxue Barkos. Llama por ello la atención que también para encabezar la lista a la alcadía de Pamplona Geroa Bai haya elegido a una candidata pringada en la vorágine de las dietas.

Aunque el 99% de la atención mediática en lo relativo a dietas se lo ha llevado la CAN, no menos sangrantes son algunos casos como el de la propia Itziar Gómez, llegada a Nafarroa Bai y ahora en Geroa Bai después de haber sido diputada por Herri Batasuna en los 90. A finales de 2011 se destapó el escándalo de que estando de baja acudía a las comisiones por las que se cobraba dietas, mientras prácticamente dejaba de ir a las que no se cobraban. Una situación francamente curiosa porque estando de baja no podía ir a ninguna.

Naturalmente, mientras había sucedido todo lo anterior, Itziar Gómez era muy crítica (con razón) respecto a las dietas de otros e incluso les había llamado «jetas» en las redes sociales.

¿Autocrítica en Geroa Bai? Ez, eskerrik asko

Itziar Gómez compareció en rueda de prensa respaldada por Iñaki Cabasés, Javier Leoz y Uxue Barkos, justificando que todo había sucedido por «desconocimiento e ingenuidad», que los malos eran sólo los de UPN y la CAN y que «en ningún momento» ella actuó con «mala fe».

El realidad, el «único error» que reconoció Itziar Gómez fue el de «ir a trabajar cuando estaba de baja, allí donde mi presencia, por mandato de pleno o asamblea, creía insustituible».

La versión de la ahora aspirante a alcaldesa de Pamplona resulta cuestionable por al menos dos razones. Porque en realidad sí que era sustituible  y porque no acudió durante su periodo de baja a las 21 comisiones de Asuntos Ciudadanos, Escuelas Infantiles y a 4 plenos municipales que no estaban remunerados. En cambio, por las 8 comisiones y reuniones a las que sí acudió obtuvo una remuneración total cercana a los 2.000 euros entre marzo y junio de 2009. Sólo faltó a una cita remunerada y sólo estuvo además en 6 plenos no remunerados. Resulta extraño que por «desconocimiento e ingenuidad» (sic), únicamente por azar, básicamente sólo acudiera a las reuniones remuneradas, cuando estando de baja no podría haber ido a ninguna, remunerada o no. En la Mancomunidad su voto no era imprescindible para su grupo y en las sesiones de Comiruña la mayoría de las actas se aprueban por unanimidad, por lo que el cobro de un «sobresueldo» parece un estímulo que explica mejor que el azar el porcentaje de reuniones a las que iba cobrando y a las que fue sin cobrar.

Gómez anunció que devolvería las dietas percibidas si el INSS consideraba que habían sido ilegales o que las donaría a una ONG si habían sido legales. Sin embargo, el grupo de Uxue Barkos no aceptó que la devolución de dietas de Maya le excusara de haberlas cobrado y votó su reprobación reclamando la dimisión, todo ello antes incluso de haber sido imputado y posteriormente absuelto. Si la noticia no hubiera sido publicada por Diario de Navarra, obviamente no hubiera habido donación ni devolución, caso de que realmente se hayan producido.

Cabe subrayar una vez más que aquel comportamiento, lejos de ser afeado por Geroa Bai, fue respaldado por todo el grupo de concejales y por la propia Uxue Barkos. Lógicamente les favoreció entonces el hecho de que la opinión pública navarra estuviera ocupada en otros y más graves escándalos, pero no deja de ser muy significativo lo sucedido o que ahora Geroa Bai decida convertir en candidata a alcaldesa de Pamplona justo a esta persona. Porque encarnará muy bien la defensa de otros intereses, pero desde luego no la regeneración ni los comportamientos ejemplares en política. Geroa Bai revela una actitud en lo público que es justo la que critica en los demás, la que nos ha llevado a donde estamos y la que ahora se trata de extirpar.