Tras varias semanas de dimes y diretes, VOX ha puesto sobre la mesa un programa de 19 propuestas concretas para articular su respaldo a un cambio de gobierno en Andalucía. ¿Cuánto espera conseguir realmente VOX de ese programa? ¿Cuánto de ese programa es mera presión negociadora? En cualquier caso VOX lo está haciendo muy bien, o acaso se encuentra en un estado de gracia político en el que parece que lo hace todo bien, siquiera porque cabalga una ola social que excede unas siglas y en la que le basta dejarse llevar. Sea por habilidad o por estar en el sitio adecuado en el momento oportuno, no puede dejar de hablarse de VOX.
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Todo gira en torno a VOX. Se habla constantemente de VOX aunque sea para insultarlo, lo cual es maravilloso para VOX. Que hablen de ti aunque sea mal. La campaña publicitaria ya la tiene hecha sin poner un euro. El debate nacional es si estás a favor o en contra de las medidas de VOX. Sólo que haya 1 ó 2 de 10 personas que vean cosas positivas en el programa de VOX, el éxito publicitario y la proyección electoral es brutal para una fuerza que, a fecha de hoy, ni siquiera tiene representación parlamentaria salvo en Andalucía. Puede además que las medidas propuestas por VOX no les suenen mal ni a 8 de cada 10. Alguna medida inasumible para los socios, incluso marciana, hay que incluir también en cualquier negociación que se precie. Que te digan que bajo ningún concepto es aceptable obligar a Susana Díaz a teñirse el pelo de verde implica, por pasiva, aceptar que todo el resto de propuestas sí son aceptables.
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No suscribimos todas las medidas, pero alguna nos entusiasma. Entre las 19 propuestas las hay valientes, pioneras e inexcusables. “Reducción drástica (75%) de las subvenciones a partidos políticos, sindicatos y patronales. Con el horizonte final de lograr su completa eliminación”. O la “Supresión de las subvenciones a las asociaciones y ONGs ideológicas (todas aquellas dedicadas a la promoción de determinada visión ideológica) independientemente de su naturaleza comunista, feminista, progresista, liberal o conservadora”.
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El PIN parental
No entraremos en el detalle de los 19 puntos, sobre los que a lo largo de los próximos tiempos se irá debatiendo, pero aparecen medidas espléndidas (siquiera como recurso de emergencia) tales como la creación de un “PIN parental”, en virtud del cual los padres puedan “excluir a sus hijos de enseñanzas, charlas, talleres o actividades con carga ideológica o moral contraria a sus convicciones”. ¿Y si una familia usa el PIN para que a sus hijos no les enseñen matemáticas? Pues entonces cuestionamos el uso concreto del PIN por parte de una familia, en vez de impedir que ninguna familia pueda elegir la educación de sus hijos y el gobierno tenga todo el control sobre la Educación. Paradójicamente la idea del PIN parental debería entusiasmar a las familias de izquierdas, que así se asegurarían que sus hijos no van a ser adoctrinados por VOX. ¿O tanto anhelan adoctrinar al hijo del vecino que rechazan hasta su propia libertad? ¿Lo fascista es el PIN parental o utilizar el estado para adoctrinar?
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Naturalmente el programa incluye propuestas para bajar los impuestos, liberalizar el espacio audiovisual, derogar las leyes de Memoria Histórica y LGTB o crear una consejería de Familia y Natalidad para “prestar especial atención a las mujeres con embarazos no deseados, proporcionándoles información, asistencia y alternativas para que puedan evitar el drama del aborto”. VOX propone asimismo eliminar 3 de los 4 canales públicos de la televisión andaluza. O sea, dejar uno en un alarde de moderación. Que a lo mejor lo razonable era cerrarlos todos. Extremista era claramente el que puso en marcha nada menos que 4.
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Ciertamente no todas las propuestas de VOX son inusitadas y rompedoras. De hecho, algunas de ellas las defendían otros partidos hace poquísimo tiempo. Por ello precisamente es raro ver a alguno de esos partidos rasgarse las vestiduras ante propuestas que han estado defendiendo hasta casi el momento mismo en que VOX ha tomado esa bandera. Como si la propuesta fuera buena sólo cuando la defendían ellos. Como si hace unos meses Ciudadanos fuera un partido fascista, ultranacionalista o de extrema derecha.
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Está claro que a muchas personas, incluso en el ámbito del centro derecha, habrá medidas (las hay referidas hasta la fecha de la celebración del Día de Andalucía) que le parezcan más o menos asumibles, o más o menos prescindibles, o apremiantes, o acaso insuficientes desde otro punto de vista, y si hubiera que ordenarlas por orden de más a menos importante, seguramente cada persona establecería un orden distinto al de su vecino. Así y todo, dando por hecho que la propuesta de VOX no pretende reventar la negociación ni cerrar el debate sino abrirlo, si el cambio consiste en no aceptar ni una de las 19 medidas, entonces, ¿en qué consiste el cambio? ¿En aprobar una serie de medidas que el Follonero apenas hubiera desaprobado?
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https://www.voxespana.es/biblioteca/propuesta-vox-andalucia.pdf
Un comentario
Como se suele decir, no hay mal que por bien no venga. Los años de plomo del zapaterismo y marianismo, la irrupción de podemos, la llegada del nefastísimo Okupa Sánchez, el separatismo, la corrupción, la política de género y sus aberraciones, el bienquedismo progrepolíticamentecorrecto no podían desembocar más que en que, por lo menos, mucha gente despierte de semejante pesadilla. Ojalá esto no sea más que el comienzo.