En conjunto, el año pasado teníamos 7 ikurriñas y al menos 3 alusiones explícitas al acercamiento de presos etarras. Este año son 11 ikurriñas y 8 alusiones al acercamiento de presos, con el consabido mapa de Navarra anexionada a la CAV. Numéricamente, podríamos decir que el 70% de las peñas representa sólo al 25% de los votantes navarros. Tal vez menos. La pancarta de la peña San Fermín pide expresamente la libertad de una persona encarcelada bajo la acusación de practicar terrorismo callejero. Esta persona, Iñaki Marín, es socio de la citada peña. Naturalmente es improbable que todo esto les sorprenda, en tanto en cuanto la noticia es que sea el hombre quien muerde al perro. Noticia, en virtud de ese principio, sería por ejemplo alguna mención crítica al terrorismo, o siquiera la aparición de una bandera de Navarra en las pancartas. De momento, sin embargo, sigue mordiendo el perro. Da la impresión de que la mayoría de las peñas se esfuerzan cada vez más por identificarse totalmente con un concreto segmento minoritario de la población navarra. Es probable que la culminación de ese esfuerzo acabe con el desinterés de toda la sociedad navarra menos ese concreto segmento.