Cada vez que un político, o incluso un responsable sanitario, intenta explicarnos la campaña de vacunación, más incertidumbres se generan sobre la idoneidad de la campaña de vacunación. Por ejemplo, el vicepresidente Remírez, citando unas declaraciones del subdirector de Urgencias y responsable de la campaña de vacunación, sienta estas dos discutibles premisas: que no tiene sentido entrar en una carrera y darse prisa por vacunar a la gente rápidamente, y que administrar a la gente una primera dosis no vale para nada. Sin embargo, ¿es esto tal y como nos los están explicando?
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Excelente y concisa explicación sistema de vacunación en Navarra por parte Kiko Betelu (@salud_na)
Prioridad colectivos vulnerables y reserva estratégica que, ante imprevistos externos,
garantiza segunda dosis e inmunidad frente #COVID19(Via @NoticiasNavarra y @SERnavarra) pic.twitter.com/pOmiFiNXdS
— Javier Remírez (@javierremirez) January 19, 2021
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¿Cómo que no estamos en una carrera para poner la vacuna?
Supongamos que Pfizer nos entrega 60.000 dosis en febrero, y promete entregarnos otras 60.000 el próximo mes. Obviamente podríamos poner las 60.000 dosis el primer día, lo que nos dejaría a expensas de que Pfizer cumpliera su palabra y nos entregara otras 60.000 dosis en 28 días para administrar la segunda vacuna y completar la inmunidad de esas 60.000 primeras personas. Tendríamos a 60.000 personas inmunizadas en poco más de un mes pero corriendo el riesgo de que Pfizer no hiciera a tiempo la segunda entrega y todos los vacunados se quedaran con sólo una dosis.
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Alternativamente, podríamos vacunar el primer día del mes a 30.000 personas y administrarles a fin de mes las otras 30.000 dosis para garantizar que en un mes habría 30.000 personas totalmente inmunizadas pasara lo que pasara con Pfizer. Es otro punto de vista y puede ser entendido.
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No obstante, lo que está haciendo el Gobierno de Navarra no es ni lo uno ni lo otro.
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Si vamos vacunando a la gente poco a poco, poniendo por ejemplo 1.000 vacunas al día, en 30 días habrá 30.000 vacunados con 1 dosis y 30.000 vacunas de reserva para la segunda dosis, aunque Pfizer no hiciera el siguiente mes una nueva entrega, pero la diferencia entre haber vacunado a todo el mundo de golpe (o lo más parecido a eso) y hacerlo lentamente resulta clamorosa. Es decir, si pones las 30.000 vacunas para el día 7, el día 1 del mes siguiente tienes a todas esas personas con las tres semanas cumplidas para poder ponerles la segunda dosis e inmunizarlas. Si por el contrario tienes gente que se vacunó el día 15, el día 20 o el día 25, tendrás que esperar 3 semanas más para ponerles la segunda dosis (es lo que hay que esperar entre una dosis y otra) aunque tengas ya la segunda remesa de vacunas el día 1 del mes siguiente.
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O sea, poner las vacunas con rapidez no sólo resulta importante por si llega el siguiente envío de vacunas. Incluso si no llega, puedes administrar la segunda dosis a todo el mundo porque ya lleva 3 semanas con la primera vacuna puesta. Si esperas a vacunar a todo el mundo hasta el día 30, tengas o no tengas una nueva entrega no podrás vacunar a esas personas hasta el día 21 del mes siguiente, cuando podrían haber estado vacunadas desde el día 1. Es absurdo ralentizar la vacunación más allá de lo necesario y no hay excusa para administrar cuanto antes al menos la mitad de las vacunas recibidas, para que a su vez esas personas puedan recibir cuanto antes la segunda toma, haya o no una nueva entrega de vacunas.
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Digámoslo de otro modo. Navarra comenzó a vacunar a la gente el 27 de diciembre. Si se hubieran administrado para la primera semana de enero la mitad de las vacunas, ahora ya tendrían que haberse administrado el 100% de las vacunas y acabaríamos el mes con todas las vacunas puestas y toda esa población vacunada ya totalmente inmunizada con las dos dosis. En vez de eso, ha pasado casi un mes, no se han puesto ni ¾ partes de las vacunas recibidas, sólo hay 800 navarros con las dos dosis y la gente que es vacunada ahora tendrá que esperar 3 semanas más a la segunda dosis y 4 semanas hasta alcanzar la inmunidad. En vez de tener a todo el personal liberado para dedicarse a poner la primera dosis de la tanda siguiente, podemos tener al personal sanitario poniendo todavía la segunda dosis de la primera remesa. Un verdadero desastre.
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Pero hay más.
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La explicación que se nos da de que administrar la primera dosis no vale para nada no es cierta, según todo lo que se ha publicado. Lo que hace la segunda dosis es elevar la eficacia hasta el 95%, pero la primera dosis ya produce entre la primera y la segunda semana una inmunidad de alrededor del 30%. Es decir, no se puede decir que es inútil vacunar a la gente rápidamente porque hasta que recibe la segunda dosis no vale para nada, tanto porque la velocidad general importa como porque en las 3 semanas entre las dos dosis ya se genera algo de inmunidad. De hecho, ¿cómo pueden decir los responsables de la vacunación que la velocidad no importa? ¿Y cómo vamos a ir rápido -no digamos vacunar en fin de semana- si los responsables dicen que la velocidad no importa? ¿Pero en qué manos seguimos estando?
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