SKOLAE y la ministra de Igualdad no contaban con esto. Los casos de la halterófila Laurel Hubbard y la nadadora Lia Thomas ponen en evidencia las teorías de género. Estos dos transexuales se han convertido en dominadores de sus respectivas competiciones al enfrentarse a mujeres, probando si es que hacía falta hacerlo, que por lo visto sí, que esto de la biología es mucho menos subjetivo de lo que nos vende la ideología de género, y que el deporte diferenciado, o segregado como prefiere llamar la izquierda a la distinción por sexo, no existe para discriminar a las mujeres sino para protegerlas.
Los casos de la halterófila Hubbard y la nadadora Lia Thomas reflejan una encendida polémica sobre los transexuales en el deporte: ¿compiten con ventaja o en igualdad con las mujeres? https://t.co/dI6SIkRU67
— EL PAÍS (@el_pais) January 2, 2022
Poniendo a los transexuales a competir con las mujeres, lejos de revertir una situación anormal y restablecer el equilibrio al universo, lo que está haciendo el discurso dominante progresista es crear una situación anormal, desequilibrada e injusta para las mujeres. Ninguna mujer podría entrar en ninguna final de natación o atletismo compitiendo contra hombres, por ejemplo. La igualdad entre desiguales sería una injusticia. Por otro lado, la biología existe aunque parezca mentira tener que recordarlo a diario. Para que un hombre se convierta en una mujer no basta con que se sienta como una mujer o se cambie el nombre en el DNI. No es un problema mental o educacional. Las mujeres con pilila no compiten en igualdad de condiciones con las mujeres con vagina. De hecho es tan evidente la diferencia que hay que tratar de proceder a una igualación química, sólo que no existe realmente una máquina de convertir a los hombres en mujeres, desde luego no totalmente, por no mencionar que la mera existencia de esa máquina probaría que las diferencias entre hombres y mujeres son algo más que culturales, ambientales, educacionales y estructurales.
X
El negacionista eres tú
Seguramente estamos abusando estos días de la palabrita, pero lo cierto es que después de haber escuchado a la izquierda usar esta palabra hasta la saciedad refiriéndose por una cosa u otra a los demás, el hecho es que todos los días nos damos cuenta de que la negacionista es la izquierda, cuyo negacionismo va desde negar el fracaso del comunismo a negar las diferencias biológicas entre hombres y mujeres, o que habiendo diferencias biológicas el género sea una cosa que se puede autodeterminar como si tal cosa al margen de la biología, a través de un procedimiento administrativo, o más bien porque sí, cosa de la que el procedimiento administrativo se limitaría a dejar constancia.
X
Hay una razón para que la izquierda practique un negacionismo constante, y es que la izquierda actual ha abandonado el materialismo o lo ha mezclado de forma escasamente coherente con un idealismo rayano en lo delirante. Todo es relativo. Todo es fluido. Todo es mental. Todo es subjetivo y ambiental. El resultado es que la izquierda no tiene un problema con la derecha, sino con la realidad. Y cuando tu discurso tiene un problema con la realidad hay dos opciones, o cambiar el discurso o negar la realidad. El problema es que para cambiar el discurso hay que reconocer el error. Y para reconocer un error hace falta humildad. Y cambiar de discurso te puede dejar además sin acceso a una subvención. Por eso para la izquierda el negacionismo, aunque sea la izquierda quien constantemente utiliza este término para desacreditar a sus rivales, es actualmente una seña de identidad. El problema es que legislar contra la realidad trae consecuencias, por supuesto negativas, mucho más allá de la natación o la halterofilia. La verdad objetiva tiende a prevalecer sobre el error subjetivo. Frente a la idea de uno de que no viene un mercancías por la vía, siempre vence la realidad aplastante y masiva del mercancías.
X
Un comentario
Los marxistas perdieron la lucha de clases y también perderán, mas estrepitosamente aún si cabe, la lucha contra la biología