La Disposición Transitoria Cuarta ofrece graciosamente a los navarros la posibilidad de poner todos sus bienes a nombre de la CAV, sin una contraprestación semejante por parte de la CAV y sin ofrecer tampoco un camino de retorno. La inmensa mayoría de nuestros lectores considera que ahora, al caer el gobierno nacionalista en la CAV y romperse sus lazos en Madrid con el PSOE, al fin se da la ocasión propicia para proponer su eliminación. Una eliminación en cuya preparación el Gobierno Foral y los partidos navarros ya deberían estar trabajando.
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