Prácticamente un momento antes de lanzarse este 6 de julio el Chupinazo saltaba la noticia de la suspensión de pagos de Davalor. No podemos decir que la noticia nos sorprendiera demasiado. En realidad, salvo a Manu Ayerdi difícilmente a nadie en Navarra le pillaba la noticia de sorpresa. El problema es que el único habitante de navarra sorprendido por la suspensión de pagos de Davalor no puede ser el vicepresidente de Desarrollo Económico. Nadie puede negar el patinazo y la responsabilidad de Ayerdi con Davalor.
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¿Había que ser un genio para prever el fracaso de Davalor? Claramente no. La prueba es que hasta un humilde confidencial como éste lo venía anunciando desde el principio. Lo que no se entiende es que el Gobierno de Navarra decida acometer una inversión millonaria en una empresa cuya dudosa viabilidad resultaba evidente para cualquier observador no gubernamental.
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Desde luego un gobierno puede decidir una inversión y salirle mal. Claramente diremos que no nos gusta demasiado la idea de que el gobierno se dedique a hacer inversiones. Ya existen multitud de bancos, fondos y sociedades dedicadas a ojear buenas inversiones para intentar sacar un poco de rentabilidad a los raquíticos tipos de interés actuales, a cambio de un poco de riesgo. Eso sí, todas estas sociedades se juegan el dinero de sus partícipes, no el de los contribuyentes. Fallarán o acertarán, pero se juegan sólo su dinero y, consiguientemente, se piensan bien lo que hacen.
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Puesto que ya hay sociedades que buscan oportunidades de inversión para colocar su dinero, que el gobierno se dedique a prestar dinero a empresas desechadas por las sociedades de inversión resulta un tanto aventurado. Suele haber buenas razones para que un fondo o un banco no preste a una empresa. Si un fondo o un banco tienen buenas razones para no prestar a un proyecto, cabe preguntarse si los burócratas del gobierno saben más que los bancos y los fondos de inversión o, como no se juegan su dinero sino el del contribuyente, bajan alegremente el listón. Otro riesgo de que el gobierno se dedique a prestar nuestro dinero es no ya que baje el listón y lo entierre en agujeros antieconómicos, sino que en los préstamos empiecen a entrar en juego otros criterios como la afinidad política y los amiguismos. Por eso existe un protocolo, que no suele ser muy eficaz pero al menos es una barrera que por ética y por estética un gobernante no se puede saltar.
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En lo que respecta a Davalor, volviendo al caso que nos ocupa, la decisión de colocar dinero público fue adoptada de un modo reconocidamente “atípico” y por cabezonería de Ayerdi. Decíamos que una inversión le puede salir bien o le puede salir mal al gobierno, pero cuando la hace entre prisa y prisa, saltándose el protocolo habitual y por una visión personal del vicepresidente, es obvio que si la inversión sale mal el vicepresidente tiene que responder de su decisión y presentar la decisión. Máxime cuando se trataba de un desastre fácilmente previsible y reiteradamente avisado desde muchos frentes, incluido el parlamentario. Ayerdi no tiene justificación.
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A primera vista, el único que ha sacado en limpio algo de todo este periplo de Davalor es su director ejecutivo, Juan José Marco, cuyo salario hasta donde se sabe son 150.000 euros anuales más, posiblemente, los pagos efectuados por cuenta de Davalor Salud a Davalor Consultoría, empresa esta última sin empleados y de propiedad exclusiva del Administrador y director de Davalor Salud. Todo esto una empresa con pérdidas multimillonarias que no ha llegado a vender un lapicero en ocho años; eso sí, envuelto todo en un dialecto disruptivo, báltico y embriagador.
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Ayerdi no tiene ahora más opción que dimitir porque se empeñó personalmente, pero con nuestro dinero, en una historia que no podía acabar más que quedándose con todos o resultando el único que no vio el precipicio. Pues se siente, pero ha salido cruz.
2 respuestas
Felicidades a Navarra Confidencial por este fracaso que tanto ha deseado.
De salir adelante hubiera sido un hito en la oftalmología y hubiera puesto a Navarra en un lugar muy privilegiado y de referencia.
Espero que el trabajo de investigación y desarrollo que ha hecho Davalor no caiga en saco roto porque, sea en Navarra, en Harvard,… o donde sea el proyecto es muy interesante y necesario.
No hay nada de lo que arrepentirse. Solo sería reprochable no haberlo intentado.
bueno, es lo que tiene Ayerdi JUGANDO al MONOPOLY con nuestro MILENARIO REYNO DE NAVARRA…., vamos que Ayerdi se debía creer que el DINERO en DAVALOR era de JUGUETE del MONOPOLY uffff, y que si salia mal el tema, se pensaba que era como PERDER al MONOPOLY en el que pierde paga la ronda jajajaja, vamos que entre SU empresa de construcción en QUIEBRA, más la QUIEBRA de DAVALOR,,,, y el resto de QUIEBRAS de su CURRICULUM…., es para fiarse mas en inversiones de un niño de guarderia, que del QUIEBRAEMPRESAS Ayerdi, jooooooood…. er con este SEÑOR, uffffff, si las ordenes de sus jefes en el norte del Reyno de Castilla (cuna de Vardulos, Caristios y Autrigones) eran ARRUINAR nuestro MILENARIO REYNO DE NAVARRA…., lo está haciendo a la perfección joooooood… er, y ademas sin disimulo alguno, vamos que A SACOOOOO….. a por la RUINA de nuestro MILENARIO REYNO DE NAVARRA.