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El primer asunto que hay que aclarar es que la suspensión de militancia no es la sanción que el Comité de Disciplina ha impuesto a Jaime Ignacio del Burgo y Santiago Cervera. Se trata de una medida temporal que el Comité de Disciplina puede proponer al Comité Ejecutivo “durante la tramitación del expediente disciplinario”. Como todo el mundo recordará, la polémica apertura de este expediente fue aprobada en el seno del Comité por 3 votos a favor y 2 en contra. La decisión de suspender de militancia a Cervera y Del Burgo mientras se resuelve el expediente, por tanto, cuenta con la mayoría necesaria en el seno del Comité de Disciplina para ser propuesta al Consejo Ejecutivo. Como era de esperar el Consejo Ejecutivo, de nuevo bajo la mirada escrutadora de Miguel Sanz, aprobó la propuesta de suspensión temporal por abrumadora mayoría. Dos personas, sin embargo, se separaron de la mayoría. Una de ellas fue Calixto Ayesa; la otra, sorprendentemente, Chon Latienda.
El proceso, sin embargo, continúa ahora adelante en el Comité de Disciplina y Garantías. Dicho proceso, como ya comentábamos en otra información, puede resultar mucho más complicado de cara a una posible sanción definitiva contra Cervera y Del Burgo. Ello a pesar de que dos de los tres miembros contrarios a los expedientados son altos cargos designados por Miguel Sanz. El propio procedimiento, al exigir un instructor que no puede participar posteriormente en la resolución del expediente pero que en cambio determina la sanción, provocaría presuntamente que o uno de los dos miembros del Comité contrarios a la apertura del expediente fuera quien, en calidad de instructor, propusiera la sanción O bien que, en caso de ser nombrado instructor uno de los otros tres, se produjera posteriormente un empate en el Comité de dos contra dos votos a favor de la sanción, con lo que ésta no prosperaría. Todo esto sin tener en cuenta la posterior posibilidad de recurrir ante el Consejo Político con la que cuentan los dos expedientados.
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Además de lo anterior, el Comité Ejecutivo decidió acusar recibo de la suspensión “unilateral” del PP respecto al pacto con UPN. No sólo eso, manifestó también que “ante la actual suspensión unilateral de relaciones por parte del PP, sólo cabe reformular un nuevo marco de colaboración política entre ambas formaciones”. Algo que ya quedó claro desde la última reunión entre Yolanda Barcina y María Dolores de Cospedal, pero que por otra parte –y ello nos devuelve a la estrategia de fondo de Miguel Sanz- se corresponde con el famoso “plan Viñes” presentado el año pasado y del que ya les hablamos en un análisis anterior sobre los hilos del conflicto. Tan sólo recordar que el título del llamado plan Viñes, al que Navarra Confidencial hizo referencia desde el comienzo de la crisis, lleva por título: “Un nuevo acuerdo UPN-PP”.
