Cuando el coronavirus cruzó el Atlántico y los casos de contagio empezaron a extenderse exponencialmente por los Estados Unidos, muchos observadores afirmaron taxativamente que era el fin de la sanidad privada en la primera potencia del mundo. La llegada del coronavirus iba a dejar en evidencia todas las debilidades de un sistema sanitario privado, toda la gente que no iba a ser atendida, todas las carencias, toda la inhumanidad, toda la crueldad del sistema. Como además al mismo tiempo la pandemia estaba afectando a países europeos con un sistema sanitario eminentemente público, todo el mundo iba a poder ver claramente lo mal que le iba a ir a un sistema privado a la par que veía lo bien que iba a funcionar el sistema público. Naturalmente en España se iba a ver que teníamos un sistema mucho mejor que el de los Estados Unidos.
X
Pasados ya casi dos meses de estado de alarma, los resultados a uno y otro lado del Atlántico están muy lejos de todos aquellos pronósticos. Lo mejor para empezar es afrontar para los datos en toda su crudeza.
X
Cuando, por ejemplo, se dice que España es el país del mundo con más muertos y contagiados, esto incluye naturalmente a los EEUU. En los EEUU, en proporción a la población, hay bastantes menos muertos y contagiados que en España. En EEUU, por ejemplo, hay 3.716 contagiados por millón, frente a los 5.359 que tenemos en España. No es una diferencia pequeña, hablamos de 1,4 infectados en España por cada infectado en los EEUU.
x
X
La proporción de muertos resulta mucho más desfavorable todavía para España y su sistema sanitario. En España hay 548 muertos por millón de habitantes, frente a los sólo 217 de los EEUU.
X
Los datos vienen a desmentir por tanto claramente que la sanidad privada no haya atendido a la población estadounidense, sino que al final la sanidad estadounidense sale claramente vencedora en la comparativa. Quienes presentaron el coronavirus como una oportunidad para hacer comparaciones y mostrar la absoluta superioridad del modelo sanitario estatalista, se han dado de bruces con la realidad. La proporción de muertes en el sistema privado estadounidense no sólo es mejor que en el español, sino también que en el francés, el italiano o el británico. Queda a los defensores a ultranza de lo público el sistema alemán, aunque no está claro si por publico o por alemán.
x
X
La sanidad privada estadounidense ha atendido a sus ciudadanos tan bien como la sanidad privada española ha atendido a la vicepresidenta Calvo, al juez Garzón, a Santos Cerdán... La sanidad privada estadounidense, de hecho, tiene un gran nivel y más recursos que la española, simplemente porque EEUU es un país con más recursos que España, o que Suecia. La inmensa mayoría de los estadounidenses, con su seguro privado, no han sido peor atendidos que ningún ciudadano europeo en el sistema público estatal. Contra lo que de todos modos se suele pensar, en los EEUU existen programas públicos de ayuda como Medicare y Medicaid, por lo que tampoco es cierto que se desatienda a las personas sin recursos para pagarse un seguro privado. Es por ello que no ha existido la montaña de cadáveres a las puertas de los hospitales que algunos esperaban encontrar. Sí que hemos visto cadáveres amontonados en camiones o cementerios improvisados en los EEUU, pero aquí al menos en parte no es que no los haya habido también sino que no los hemos visto. Consta sin embargo la discreción con que la UME se ha llevado los cadáveres o las cenizas que se les han ido entregando aquí sin más a los familiares de muchos fallecidos. Los estadounidenses no lo han hecho tan mal en las cosas en las que quizá se esperaba que más fallaran, en otras se han equivocado inesperadamente, y algunas cosas nosotros las hemos resuelto mejor.
x
https://twitter.com/i/status/1242408317001117696
X
Todo lo anterior viene a concluir que el debate entre lo público y lo privado es mucho menos grosero de lo que algunos pretendían, por no mencionar que la sanidad de Corea del Sur también es privada y aquí la comparativa con España -casi con cualquiera- resulta escandalosa, lo que nos lleva al siguiente punto. Ante una crisis imprevista como la actual, lo fundamental no es tanto si el sistema es público o privado como la inteligencia y eficacia de los gobernantes.
X
Si en Portugal o Grecia (una al Este y otra al Oeste), con una sanidad pública con menos recursos que la nuestra, hay muchos menos muertos y contagiados, es porque allí no se esperó a tomar medidas a que las cifras de contagios fueran como las nuestras. Lo esencial en esta crisis no ha sido lo público o lo privado, sino la velocidad de reacción de los gobernantes. Todas las medidas que ahora aplica y recomienda el Gobierno de España, son medidas que hace un par de meses desaconsejaba o despreciaba. Tomadas esas medidas 10 días antes, se hubieran salvado miles de vidas y cientos de miles de empleos. España, como Estados Unidos, no se enfrenta ahora a tal o cual resultado económico o sanitario por la importancia de lo público o lo privado en cada país, sino por las decisiones que está tomando cada gobierno. Donde los españoles o los estadounidenses nos la jugamos de cara al futuro es en acertar con el “timing” y con el cómo del desconfinamiento. Entretanto han desaparecido todos los que estaban ansiosos por comparar los resultados de la maravillosa sanidad pública española con los de la detestable sanidad privada estadounidense, porque la tasa de muertes en España entre los infectados es 2,5 veces la de los Estados Unidos.
X
x