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El consejero de Sanidad, durante la rueda de prensa en la que explicaba la reversión total de las cocinas del Complejo Hospitalario de Navarra, ofreció el dato de que, por todos los conceptos, la publificación nos costará a los navarros 1,3 millones más que la externalización.
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La publificación, además, consistirá en poco más que un cambio de titularidad. Es decir, la unificación de las cocinas, el sistema de línea fría, incluso el coste previsto de la propia comida, será todo básicamente lo mismo. La comida y el proceso para cocinarla y servirla, con todas sus virtudes y todos sus defectos, será esencialmente igual.
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La verdad, de hecho, es que desde que se produjo el cambio de gobierno las quejas sobre la comida desaparecieron por ensalmo. O ahora la gente se come la comida con mierda sin rechistar, o ante era mentira que la comida tuviera mierda. Ha quedado en evidencia que lo que algunos pretendían no era mejorar la comida de los pacientes sino cambiar de gobierno. Tan es así que la comida ha dejado de ser un problema hace dos años, que ya no hay quejas, que el sistema implantado es el mismo que existe en la sanidad pública vasca (aunque allí en vez de Mediterránea lo lleva Eurest), que tras la reversión el sistema va a ser el mismo que usaba Mediterránea y que si a pesar de que ya no hay quejas se revierte la externalización es únicamente por el peso sobre el cuatripartito de la hemeroteca. Necesidad objetiva da la impresión que ninguna. Por poder, incluso se podía haber cambiado a Mediterránea por otra empresa caso de haber un descontento fundamentado. Eso sí, el cambio nos va a costar 1,3 millones más al año a los contribuyentes. Por tanto 1,3 millones podría pensarse que es el precio de que el cuatripartito no tenga que reconocer abiertamente que el problema con las comidas del Complejo Hospitalario era más que nada un problema mediático.
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¿Falible y estatalista?
Queda por mencionar que en el reparto de cera la hemeroteca también tiene algo que decir respecto a nuestra bienamada Cámara de Comptos. ¿No había un informe de Comptos diciendo que la publificación era mucho más barata que la externalización? ¿No se basaba buena parte de esa conclusión en la premisa, ahora demostrada falsa, de que las cocinas podrían funcionar con el mismo personal ya fuera la gestión pública o privada? ¿Cómo se compadecen ahora los cálculos de Comptos con la realidad?
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No podemos cerrar el análisis sin mencionar los 126 empleados que se van a la calle. No todos los despidos merecen las mismas denuncias ni apoyos. En su día, oferta pública de empleo mediante, podrán ser sustituidos, eso sí, por funcionarios en cuya oposición se haya valorado particularmente su dominio del vascuence. En eso sí que se nota el cambio.
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3 respuestas
¡¡Menudas fotos de centollas, bogavantes y nécoras publicará Joseba a partir del 1 de junio!!
El Celler de Can Roca ya está temblando. Y la Osteria Francescana anuncia que ya sabe quien tendrá el próximo galardón del mejor restaurante del mundo.
El problema grave va a ser que va a venir mucha gente de toda España, (perdón quería decir del estado español opresor de realidades multinacionales cada una con su idiosingracia, sin gracia ninguna…) para ingresar aquí por la calidad de la comida y se va a colapsar el sistema sanitario navarro.
Desde luego, Urko Jon, pero eso no va a ser nada comparado con la marea de gente que está esperando que se abra el plazo para apuntarse a los almuerzos sanfermineros. Cuadrillas enteras ansiosas de ocupar las mesas que el Servicio Navarro de Salud-Osasunbidea va a desplegar por los jardines y zonas de parking del complejo hospitalario.