Un empresario intenta quemarse a lo bonzo.
Hace unas semanas, toda España contemplaba atónita la escena de un empresario amenazando quemarse a lo bonzo delante del ayuntamiento de Loeches (Madrid). El empresario recurría a este medida extrema desesperado y quebrado, tras cerrar su empresa y despedir a sus 20 trabajadores, al no poder cobrar al ayuntamiento durante más de un año una deuda de 450.000 euros. Por aquello de que la noticia consiste en que sea el hombre quien muerde al perro, lo que llamó la atención en aquel momento fue que el empresario se intentara quemar frente al ayuntamiento a lo bonzo, y no que se tratara de uno de tantos ayuntamientos que no paga a sus contratistas y proveedores.
Ocupándose gratis de la basura de la Administración.
Otra alarma sonaba hace ya algunos meses cuando la Asociación de Empresarios de Limpieza Pública (ASELIP), denunciaba que las administraciones públicas estaban pagando los servicios de limpieza con un retraso que oscilaba entre los 210 y los 380 días como media. La Asociación alertaba de que algunos ayuntamientos tardaban hasta 18 meses en pagar y que su deuda total superaba los 30.500 millones. En el caso de algunos ayuntamientos andaluces, la morosidad de la Administración alcanzaba los 18 meses. Lógicamente, muchas pequeñas empresas quiebran por falta de pago y sus trabajadores acaban engrosando las listas del paro. La Administración, eso sí, después de provocar la quiebra por sus impagos asegura que se ocupará de los parados e incluso –como acaba de prometer el presidente Zapatero- que mejorará las prestaciones por desempleo. Es de suponer que la exigencia de tener que pagar más altos subsidios a cada vez más parados hará aún más difícil que la Administración disponga de recursos en el futuro para afrontar a tiempo sus pagos, lo cual provocará nuevas quiebras y un nuevo aumento de los parados.
Navarra en el ranking de morosos.
Tras consultar a personas que en Navarra habitualmente tienen que lidiar con las administraciones públicas, hemos realizado el siguiente ranking para comprobar –en la experiencia de estos profesionales- el tiempo que están tardando en pagar a sus proveedores en algunas comunidades autónomas.
Como anécdota nos han contado por ejemplo que el Departamento de Bienestar Social navarro, hasta antes de la crisis, solía pagar a las residencias geriátricas con nada menos que hasta dos meses de adelanto. Actualmente se ha pasado a pagar con dos meses de retraso, a pesar de lo cual Navarra sigue estando entre las administraciones mejor pagadoras. Cabe señalar que las administraciones de algunas comunidades ya incurrían en moras escandalosas mucho antes de la crisis.
La morosidad como financiación.
Como resulta evidente, alguien sólo necesita dinero cuando va a pagar con él por los bienes y servicios que contrata. En caso contrario, no hace le hace falta dinero. En este sentido, se observa claramente que la Administración hace mucho que viene utilizando la morosidad como una forma de financiación. Incumplir los plazos de pago con sus proveedores no viene a ser sino una forma tramposa de comprar a crédito, en una situación donde precisamente se está produciendo una grave crisis de liquidez y de crédito.
Los planes de salvación los pagan los contribuyentes.
Cerramos este nuevo capítulo relativo a la futura e inevitable refundación del socialismo y el estado de bienestar haciéndonos algunas preguntas. En primer lugar si no sería más lógico que el estado, asumiendo su propia responsabilidad en vez de presentarse como nuestro salvador, sencillamente cumpliera con sus propios compromisos de pago con las pymes. Sin duda esto mejoraría notablemente la tesorería de muchas pymes. Por otro lado también habría que preguntarse cómo el estado, sin asumir recortes, va a sufragar planes quinquenales de estímulo económico para beneficiar aquellos a quienes no paga. La respuesta del estado de bienestar a esta pregunta es que endeudándolos. Lo que nos lleva a una última cuestión: la de si todas estas medidas son las que nos van a salvar de la crisis o si, más bien, no son precisamente todo este tipo de medidas las que nos han conducido a la crisis.