Una apretada votación evitó el cambio en los estatutos de la empresa. La modificación de los estatutos exigía una mayoría cualificada de dos tercios (66%) en la Junta General Extraordinaria. Si bien la reforma propuesta por el Consejo de Administración fue apoyada por la mayoría de los accionistas, sólo obtuvo un respaldo del 64%. En consecuencia, al no disponer la sociedad de la posibilidad de seguir haciendo autocartera (tanto por razones legales como económicas), las acciones que próximamente se pongan en venta y no compren el resto de accionistas podrán ser adquiridas por terceros ajenos a la empresa.
La propuesta de reforma estatutaria pretendía que las acciones sólo pudieran ser vendidas a otros accionistas, de forma que se evitara la entrada de terceros en el actual accionariado.