Al contrario de lo que pudiera pensarse, la votación no se encontrá exenta de una dosis de emoción importante. Enfrentado sólo a sí mismo hace unas semanas, Patxi Zabaleta fue reelegido coordinador general de Aralar por cuarta vez consecutiva. Eso sí, con el menor respaldo de su historia. Si en 2006 Zabaleta cosechó el 93% de los votos, en el pasado congreso de la formación celebrado hace un mes su candidatura única sólo obtuvo un respaldo del 64,1%.
Existe por tanto una elevada expectación ante el porcentaje de apoyos que pueda cosechar el carismático e irremplazable Txentxo Jiménez. No por el hecho mismo de que sea o no reelegido por tercera vez consecutiva, ya que es el único candidato hasta la fecha, sino por la incógnita de si –una vez desenmascarados los espías e infiltrados que podían haber perturbado la reelección- lográrá rebasar el 82,8% que obtuvo en la última asamblea.
La nueva ejecutiva navarra de Aralar, como la general elegida hace un mes, representará por tanto una entrada de aire fresco en un clima de pluralidad, renovación y democracia interna, la presentación de un proyecto joven, novedoso e ilusionante y la confirmación -conforme a sus estatutos- de que Aralar verdaderamente aporta una forma distinta de hacer política.
.
.