La puerta vasca o la puerta catalana.

El presidente en funciones, José Luis Rodríguez Zapatero, insistió ayer noche en una entrevista concedida a Telecinco que, a raíz de los resultados, CiU y PNV se presentan como los "principales grupos políticos" con los que asegurar la "estabilidad" del próximo gobierno.

Las elecciones del pasado 9 de marzo significaron una auténtica debacle para el nacionalismo. Si bien esto es así desde el punto de vista numérico, podría no serlo tanto desde el punto de vista político.

Primero que todo está el hecho objetivo de que Zapatero, para gobernar, necesita consolidar una mayoría suficiente en torno a los 176 escaños. Otro hecho objetivo es que el nacionalismo vasco, encarnado por PNV y Nafarroa Bai, matemáticamente dispone de los escaños precisos para garantizar esa mayoría suficiente. También CiU podría prestar ese apoyo, con un obstáculo importante. Está claro lo que CiU puede ofrecer al PSOE, pero no tanto lo que el PSOE puede ofrecer a CiU. La razón es que el PSC gobierna en Cataluña con Esquerra y con IU. No parece probable que CiU apoye al PSOE en Madrid si el PSOE, a su vez, no acepta apoyar a CiU en Barcelona. Un pacto con CiU, por tanto, pasaría por romper el actual tripartito catalán y defenestrar a Montilla. Una maniobra complicada en la cual, como ya sucedió en el pasado, podría tener algo que decir el propio Montilla.

La puerta vasca, de hecho, no presenta tantas complicaciones. El nacionalismo vasco, evidentemente, tiene los escaños que el PSOE quiere, y el PSOE también tiene algo que el nacionalismo vasco quiere desesperadamanete: Navarra. Un pacto con el nacionalismo vasco, hipotéticamente, podría ser tan sencillo como cambiar el gobierno de España por el de Navarra.

En este ejercicio de política ficción, la presidencia del gobierno de Navarra quedaría en manos socialistas. A cambio, un buen pacto para el nacionalismo sería hacerse con el control de la CAN, SODENA y consejerías clave como Educación o Economía y Hacienda. En este esquema, se les abrirían a los nacionalistas puertas tan importantes como la posibilidad de una fusión de las cajas vascas que incluyera Caja Navarra. Qué decir del famoso órgano común con otro nombre. Un caramelo apetitoso ante el que Ibarreche y los suyos, incluso, quizá podrían replantearse su por otra parte cada vez más complicado referendum. Un tanto que podría anotarse Zapatero.

Distinta cuestión, desde el punto de vista político, son las consecuencias futuras que pudieran derivarse de dicho pacto en términos electorales, tanto internos navarros como generales a escala nacional. O de qué forma podría gestionarse ante la opinión pública un pacto de tal naturaleza. Hipotéticamente, sin embargo, tiene sentido plantearlo -o temerlo- aunque sólo sea por resultar matemáticamente posible.

Compartir este artículo
  • Navarra Confidencial no se responsabiliza ni comparte necesariamente las ideas o manifestaciones depositadas en las opiniones por sus lectores. Cada usuario es único responsable de sus comentarios
  • Los comentarios serán bienvenidos mientras no atenten contra el derecho al honor e intimidad de terceros, puedan resultar injuriosos o calumniadores ,infrinjan cualquier normativa o derecho de terceros , empresa, institución o colectivo, revelen información privada de los mismos, incluyan publicidad comercial o autopromoción y contengan contenidos de mal gusto.
  • Se procurará evitar en lo posible los comentarios no acordes a la temática publicada
  • Navarra Confidencial se reserva el derecho de eliminarlos

Información sobre protección de datos

  • Responsable: Navarra Confidencial
  • Fin del tratamiento: Controlar el spam, gestión de comentarios
  • Legitimación: Tu consentimiento
  • Comunicación de los datos: No se comunicarán los datos a terceros salvo por obligación legal.
  • Derechos: Acceso, rectificación, portabilidad, olvido.
  • Contacto: info@navarraconfidencial.com.

Suscríbete a nuestro boletín