Entre los motivos de indignación de la oposición nacionalista al nuevo gobierno vasco hay uno por lo menos llamativo. Se trata de la polémica surgida a raíz del escudo que llevan en el uniforme los agentes de la Ertzaintza. El escudo de la polemica, como ilustra la foto, muestra una “E” gótica sobre una ikurriña de fondo. Esta novedosa “E” comenzó a ser introducida bajo el anterior gobierno en el año 2007. Históricamente, esta “E” encuentra un antecedente en el escudo de la “Ertzaña”, cuerpo policial que se constituyó en plena Guerra Civil a raíz del Estatuto Vasco de Autonomía del 4 de octubre de 1936, aprobado únicamente por las fuerzas frentepopulistas. A su vez, aquella originaria “Ertzaña” venía a ser una policía político-militar del PNV, para formar parte de la cual –según diversos autores- había que ser miembro de las juventudes del partido. En el libro “Ertzantza. ¿Héroes o villanos? ”, encontramos una cita políticamente incorrecta de Miguel de Amilibia, presidente de la Junta de Defensa de Guipuzkoa, describiendo a este cuerpo en el origen histórico de la Ertzaintza:
En cualquier caso, la polémica actual podría tener un fondo mucho más prosaico. Según el actual consejero de Interior vasco, la decisión de implantar esta “E” en el año 2007 supuso cambiar un símbolo oficial de la Ertzaintza de manera irregular, sin haber acudido previamente al Consejo de Gobierno para legalizar el uso de otro, por lo que sería un escudo no homologado que vulneraría tanto el Estatuto como el Manual de Identidad Corporativa del Gobierno Vasco. Rodolfo Ares fue un paso más allá devolviendo la polémica al nacionalismo con efecto boomerang, insinuando acaso un extraño trasfondo económico tras la compra de todos aquellos escudos: “Sabemos perfectamente lo que se ha comprado, quién lo ha comprado y cuánto ha costado. Pero queremos mirar al futuro, resolver problemas y no crearlos”.
Pues a los contribuyentes de la CAV, seguramente, sí que les gustaría saberlo.