No hay 135.000 pobres en Navarra. La experiencia cotidiana no casa con esta cifra. Habría que sumar toda la población de Tudela, Estella, Tafalla, Barañáin, Burlada, Zizur, Ansoáin y Villava y decir que son pobres. Otra forma de visualizar tal nivel de pobreza sería imaginar que, si toda la pobreza estuviera concentrada en Pamplona, dos de cada tres habitantes de la capital serían pobres. La cifra es alarmante pero increíble, incluso descabellada, a pesar de las dificultades que atraviesan los ciudadanos de Navarra. ¿De dónde surge entonces esta cifra tan abultada?
La información citada alude a las cifras del INE en la Encuesta de Condiciones de Vida del año 2012. Ya los dos titulares que encabezan y resumen el contenido del estudio nos ponen parcialmente en la pista del problema:
Los ingresos medios anuales de los hogares españoles alcanzaron los 24.609 euros en 2011, con una disminución del 1,9% respecto al año anterior
El 21,1% de la población residente en España está por debajo del umbral de riesgo de pobreza en 2012, lo que supone una disminución de 0,7 puntos respecto al año anterior.
Si ustedes se fijan, el primer titular afirma que los españoles tenemos menos ingresos que el año anterior y el segundo que, sin embargo, somos menos pobres. ¿Cómo se explica esta paradoja? Pues porque el criterio de cuál es el umbral de la pobreza no es una cantidad mínima de ingresos para cubrir las necesidades básicas sino un porcentaje (el 60%) de los ingresos medios. Es decir, que en un conjunto de 10 personas que ganaran todas 10 euros al año, no habría nadie por debajo del umbral de la pobreza, al repartirse equitativamente la miseria. En cambio, en un grupo en el que 3 personas ganaran 1 millón de euros al año y las otras 7 ganaran sólo 100.000, el 70% de los componentes estarían por debajo del umbral de la pobreza, aunque ganaran todos casi tanto dinero al año como Uxue Barkos. El problema por tanto con esta técnica es que mide más la desigualdad que la pobreza, cuando evidentemente son cosas distintas. A pesar de todo, en el caso que nos ocupa podemos pensar que efectivamente un hogar unipersonal con ingresos de 7.000 euros o uno con dos adultos y dos menores con ingresos de 14.000 pueden encontrarse en el umbral de la pobreza.
No obstante, el estudio del INE no termina de encajar con las cifras publicadas. Por un lado, según ese mismo estudio, la Comunidad Foral es la que ostenta menor riesgo de tasa de pobreza de toda España, el 8,8%. Una tasa que, aplicada al conjunto de la población, no engloba a 135.000 personas sino sólo a unas 50.000.
Por otra parte, Navarra es una de las comunidades en la que menos hogares tienen muchas dificultades para llegar a fin de mes. Concretamente sólo un 5,1%.
En conclusión, si nos ceñimos a las cifras del INE el número de navarros viviendo por debajo del umbral de la pobreza rondaría los 50.000 y no los 135.000. Cierto que 50.000 ya son demasiados, pero muchos menos que 135.000. No tiene sentido ser autocomplaciente, pero si la realidad ya es bastante mala tampoco hace falta empeorarla.
2 respuestas
Ay periodistas! Después viene Maduro (y los que viven emocional o económicamente de la ONG) y te escrachan.
No soy ducho en estadísticas, que además me gustan muy poco, y menos aún en ese tipo de clasificaciones como «umbral de pobreza». Pero, aunque no sea una distinción científica si distingo entre pobreza y miseria, siendo ésta la situación de las personas o familias que no pueden subvenir las necesidades básicas de alimentación, vivienda, vestido, educación y salud, y aquella, la situación de las personas y familias que, aún pudiendo satisfacer minimamente sus necesidades básicas no pueden hacer frente a ningún imprevisto. V.Gr. una avería del coche, una arreglo en la vivienda, una derrama de la comunidad de vecinos. Que no pueden disfrutar de ningún tipo de ocio que no sea pasear por parques y jardines gratuitos, no pueden ir al cine, tomarse una cocacola, o comprarse una docena de churros. O que tienen que aguantar hasta las rebajas para comprarse un par de zapatos, y mientras tanto andar con un agujero en la suela. Comen, tiene donde alojarse, siquiera en piso compartido, pueden vestirse de trapillo y estirando mucho la cosa, pero nada más. Y de esos pobres, que para el día 20 ya andan al debo, hay probablemente más de 135.000.