Los grupos de la oposición han calificado de «muy grave» que el Gobierno foral pueda recortar un 30 por ciento la ayuda a las escuelas infantiles municipales ya que a su juicio supondría un «importante retroceso en los niveles de bienestar» y un problema para los ayuntamientos navarros.
Llama la atención a este respecto que, de todas las cosas que Miguel Sanz podría haber hecho de otro modo durante su etapa de presidente, la única que reconoce que cambiaría cuando ahora se le entrevista es precisamente la relacionada con los centros del ciclo 0-3 años.
El caso es que la explicación de Sanz no deja de sonar bastante razonable.
“Los centros de 0-3 años los hubiese hecho de otra manera. Siempre consideré que debería haber sido una medida de conciliación y no relacionada con la enseñanza. Tenían que haber sido financiados a nivel particular y no con el apoyo público. Lo normal es que el niño de esa edad esté con el padre o con la madre y si trabajan los dos, es lógico que tengan recursos para pagar este servicio, por lo menos en parte.”
Un comentario
El error es querer controlar la vida del ciudadano desde bebé, e incluso en el seno materno, hasta la misma tumba, obsesión estatista y socialista por antonomasia.
Acierta tardíamente en que lo que hay que favorecer es la conciliación de la vida laboral y familiar, y se tenía que haber enfocado de otra manera, no municipal sino privado, con ayuda, pero privado. En otros países las guarderías están EN el trabajo o cerca DEL trabajo o EN EL CAMINO al trabajo. Y adaptadas a los horarios de la zona, no al horario de trabajo de las cuidadoras. Así es factible trabajar con jornada continua o partida, sabiendo que tus hijos están cuidados, y que a las 16:30 no les echen a la calle cuando tú sales a las 18:00 de trabajar.
Espero que lo de Miguel Sanz sea un prometedor arranque y ahora reniegue del Quesito con el Pepiño Gasolinero.