La encuesta de CIES recién sacada del horno que UPN tendría en la mano, con los resultados que salieron a la luz el viernes pasado, darían respaldo a una operación de calado para poner fin a la histórica escisión de CDN.
El cambio de estrategia de UPN, que al separarse del PP le proporciona libertad de acción para pactar con el PSN, rompe el esquema de un gobierno con mayoría absoluta de UPN-CDN u otro alternativo de Nabai y PSN. La nueva estrategia ofrece ahora, además, la posibilidad de un gobierno UPN-PSN (o viceversa, según los votos) marginando a Nabai y al PPN. También a CDN. El voto independiente de UPN en Madrid, tras la ruptura con el PP, sirve para remachar esta estrategia.
En esta nueva estrategia, una de las víctimas es el CDN. Por un lado, UPN presenta una posición de fuerza puesto que a quien actualmente necesita es al PSN; en el escenario actual CDN es prescindible, pues no puede ofrecer lo que necesita UPN. Por otra parte, la última encuesta de CIES que manejaría UPN apuntaría a la desaparición como fuerza parlamentaria del CDN. En esta confluencia de factores y a un tiempo prudencial de las elecciones surge el órdago de UPN.
La oferta de Yolanda Barcina.
Ante esta disyuntiva, UPN dejaría abierta una puerta a que CDN sellara una “colaboración institucional” con UPN manteniedo sus consejerías. En virtud de este requiebro, CDN no se integraría formalmente en UPN; aunque concurriría a las elecciones bajo las siglas de UPN. La alternativa del CDN a esta oferta es el cese inmediato de sus consejeros y concurrir por libre a las próximas elecciones, donde podría obtener o no (como probablemente apuntan las encuestas) representación parlamentaria. Incluso en caso de obtenerla, UPN podría volver a formar gobierno con apoyo del PSN prescindiendo del CDN. Caso de no obtener representación, se plantearía una clara crisis sobre la supervivencia misma del CDN.
