La nueva moda que viene: los bebés agénero

¿Alguien se ha creído que SKOLAE es algo técnico y objetivo y no parte de una batalla ideológica y moral?

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¿Alguien se ha creído que SKOLAE es una batalla foral, aunque también, y no parte de una batalla que se libra en todo Occidente?

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Si alguien creía semejante cosa, seguramente se sorprenderá de una entrevista que ha concedido la actriz estadounidense Kate Hudson sobre el nacimiento de su hija.

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La actriz, que ya es madre de dos hijos, explica que proporcionará a su hija una educación asexuada o “agénero” (“genderless”). Hudson señala que “no sabemos con qué género se identificará” aunque advierte en su hija “una energía increíblemente femenina”.

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Las declaraciones de Kate Hudson han sido recibidas con auténtico entusiasmo por parte de los medios de progreso, alguno de los cuales además de aplaudir su actitud le da consejos para desarrollar la educación agénero de su hija, como no ponerle un nombre femenino, no referirse a ella como hijo o como chica y vestirla con ropa de chico o alternativamente de chico y de chica.

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Así hasta que la niña, cuando ya sea un ser humano totalmente maduro que pueda decidir por sí mismo, o sea a los cuatro o cinco años, elija su género, o elija que eso de elegir género es una antigualla propia de cavernícolas y huyendo de esquemas binarios se convierta en un ser agénero o de género fluido.

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Como vemos, SKOLAE es sólo la punta del iceberg. SKOLAE es sólo esa pequeña o gran batalla que se libra en Navarra en el marco de una gran guerra global. Kate Hudson no ha sido educada en un colegio navarro. Para cuando una mera actriz concede entrevistas diciendo este tipo de cosas (aunque parece que en las últimas horas ha matizado sus declaraciones) es que la ideología de género es ya casi una idea dominante. La ventana de Overton dice que la educación agénero no es que sea aceptable, es que otra cosa es ya casi inaceptable.

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Por supuesto que SKOLAE es pura ideología. Igual que las cosas que dice Kate Hudson no las ha inventado Kate Hudson, la cual es un mero eslabón en una cadena mucho más larga, casi al final del proceso, tampoco María Solana, Marian Moreno o la madre del ultra de Alsasua han inventada nada ni son primeros motores de nada. Por el contrario, teniendo en cuenta la insignificancia de todas las aludidas, si los principios de la ideología de género han calado hasta capas tan bajas ello nos da idea de la profundidad y extensión de este proceso y seguramente también del tiempo que lleva madurando.

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Más allá de los masajes, los toqueteos improcedentes, la puesta en común de las partes del cuerpo que más le gusta a cada niño que le toquen o la socialización de las experiencias masturbatorias, SKOLAE es una herramienta de programación con una base ideológica que dice lo siguiente: la naturaleza no existe, todo es cultura.

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SKOLAE dice además que no se puede pensar otra cosa. No es sólo que esté prohibido pensar otra cosa, que por supuesto que lo está, sino que es inconcebible pensar otra cosa. Por tanto SKOLAE para sus partidarios no es ideología, ni resulta polémica, ni sus contenidos son discutibles en la medida en que ni queriendo sería posible la discusión ya que no es concebible un punto de vista alternativo a SKOLAE desde el que se pueda discutir SKOLAE. SKOLAE es por tanto la imposición llevada al límite. Y naturalmente hay que obligar a los niños a la inmersión educativa en SKOLAE durante todos los cursos no sea que en su casa sus madres no sean como Kate Hudson.

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Decíamos sin embargo que SKOLAE sí es ideología, que su punto de vista es totalmente discutible, que de hecho está equivocado, y que este punto de partida erróneo es pensar que todo es cultura y nada es naturaleza.

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SKOLAE ignora la libertad del ser humano a favor del determinismo educativo

Tradicionalmente, el punto de vista de SKOLAE es el que se ha conocido como la tabla rasa. En virtud de este pensamiento, un niño viene al mundo con la mente totalmente en blanco. Su cerebro es una tabla rasa o un papel en blanco y lo que ese niño sea o piense será lo que la sociedad escriba en ese cerebro a través de la educación. Es por ello que SKOLAE, por ejemplo, considera que la violencia de género es totalmente erradicable si educamos a los niños en que está mal pegar a las niñas. No se concibe que un hombre pueda pegar a una mujer pese a que sepa que no debe hacerlo, porque no se considera que sea libre de hacerlo sino que sus actos son fruto de la educación que se le de. Los hombres que pegan a las mujeres no son responsables de sus actos, lo es la educación que recibieron. Los asesinos de mujeres no son culpables de matar mujeres, los verdaderos asesinos de mujeres, los auténticos responsables (¿les suena la música?), son los que se oponen a SKOLAE. La propia idea de que los niños son niños o que les gusten las niñas o que los humanos formen parejas son, según SKOLAE, meras inscripciones en la mente en blanco de los niños que podrían ser perfectamente sustituidas por otras inscripciones diciendo que los niños pueden ser niños o niñas, o pueden ser niños hoy y niñas mañana y niños otra vez más adelante, y que les pueden gustar los niños o las niñas o las niños y los niños o el helado de pistacho y los tríos.

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Contra lo que se pueda pensar, esta no es una idea nada moderna. La tabula rasa es un latinajo derivado de una idea que ya discutían los clásicos. En realidad la teoría de la tabla rasa es una idea ya discutida en la antigüedad, pero que cayó totalmente en desuso con el descubrimiento de la genética. Es decir, los principios rectores de SKOLAE no sólo son discutibles, sino terriblemente antiguos y científicamente desfasados.

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Hasta muy recientemente, de hecho, la idea indiscutible, la que ocupaba la ventana de Overton, la que por otro lado parece de sentido común, es que lo que somos y lo que hacemos no responde totalmente a la educación ni tampoco totalmente a un determinismo genético y biológico. Porque igual que SKOLAE defiende que todo es educación y que todo es fluido, que el ser humano no tiene corporeidad ni instintos o no son relevantes, otra tendencia más materialista opone a ese tipo de pensamiento que todo es naturaleza, todo es genética y no sólo es que no haya tabla en blanco que valga, sino que en el cerebro ya está todo determinado y escrito. Un cocodrilo no es un cocodrilo porque no fue educado como un pájaro. Un asesino no es alguien que ha sido educado para matar o no podría explicarse cómo surgió el primer asesino y quién le educó para serlo. Aunque eduques a un niño para ser honrado, por culpa de la maldita libertad o la maldita genética, según lo que crea cada uno, el niño se puede convertir en un ladrón. No es sólo la tabla rasa, sino que SKOLAE incluye muchos otros principios discutibles como el intelectualismo moral. Que los niños tengan vagina es sólo una manifestación más del chimichurri de ideas que contiene SKOLAE y que sus defensores, que dicen que no hay ideología, quizá realmente hasta se creen no la hay, ignorando por sus límites biológicos o porque les han enseñado que no se puede cuestionar lo que les han enseñado que es posible otra forma de pensar que la suya. No conciben un mundo exterior al marco de su ventana de Overton, pero sobre todo no quieren que lo concibamos nosotros. Claro que SKOLAE está lleno de ideología, claro que esa ideología es cuestionable y claro que hasta el vocabulario que utiliza e impone SKOLAE se deriva de esa ideología, y  se impone porque la ideología lleva al lenguaje tanto como el lenguaje a la ideología.

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