El pasado viernes la prensa, al menos parte de ella, ofreció una revelación de alcance. La policía había detenido el 15 de abril a dos sujetos relacionados con la brutal violencia desatada contra la policía y los asistentes al mitin de VOX en Vallecas. Pues bien, parece que estos dos sujetos forman parte de un equipo particular de seguridad de Pablo Iglesias. Además de la escolta policial oficial, Iglesias cuenta con una seguridad particular o de partido, que no cumpliría la Ley de Seguridad Privada, la cual lo acompaña a determinados eventos o, más preocupantemente, como parecen apuntar las detenciones, participa en acciones violentas contra los rivales políticos de Iglesias. Es todo tan antidemocrático, tan anormal, tan escandaloso y tan intolerable que no merece la pena insistir sobre ello. Obviamente no se puede esperar nada al respecto ni del gobierno, ni del PSOE ni de la Fiscalía, valgan las redundancias. O a los responsables de este tipo de comportamientos los destierra el electorado en las urnas o la violencia política habrá venido para quedarse en España.
X
Lo que quizá merezca la pena reseñar es que la violencia de los escoltas de Iglesias contra sus rivales políticos tiene un peligroso antecedente en la Segunda República. Todo el mundo sabe que el 18 de julio se produjo el Alzamiento Nacional contra la república, lo que seguramente no sabe es que ni fue Franco el que encabezaba ese alzamiento ni que 5 días antes, el 13 de julio, había sido asesinado José Calvo Sotelo, el líder de la oposición. Menos aún el españolito medio actual sabe que a Calvo Sotelo lo asesinaron los escoltas del líder del PSOE, Indalecio Prieto. Lo de los escoltas de un líder político actuando violentamente contra los líderes de otro partido no es por tanto en este país algo inusitado, pero sí una circunstancia que sólo ha dado antes de acontecimientos históricos dramáticos.
X
Por aportar algún detalle adicional, los asesinos de Calvo Sotelo pertenecían a “La Motorizada”, un grupo paramilitar compuesto por jóvenes socialistas que practicaban tanto labores de escolta a líderes del PSOE como Indalecio Prieto, como labores ofensivas contra sus rivales políticos. La noche del 13 de julio, exaltados por el asesinato de un correligionario izquierdista, que a su vez había matado anteriormente a un militante derechista, varios miembros de este grupo buscaron a un militante falangista al que asesinar. Al no encontrarlo en su casa, decidieron asesinar al líder de la oposición derechista, José Calvo Sotelo, que vivía en las cercanías. También intentaron asesinar a José María Gil Robles, el otro principal líder de la oposición derechista, que se salvó al no encontrarse en su domicilio. 5 días después se producía el Alzamiento Nacional. La atrocidad y la desaparición de cualquier atisbo de apariencia democrática precipitaron los acontecimientos convenciendo a todos los indecisos de que la alternativa a rebelarse contra el régimen republicano eran la tiranía y la muerte.
X
Siendo los asesinos de Calvo Sotelo miembros izquierdistas de la Guardia de Asalto (cuerpo especial de la policía republicana) y militantes socialistas de “La Motorizada”, algunos de ellos escoltas de Prieto, la pregunta siempre ha sido si los asesinos aquella noche actuaron o no como incontrolados. No se puede tener un grupo paramilitar como una sección más del partido y después pretender desentenderse totalmente de sus actos.. En cualquier caso aquellos eran los antecedentes de la Guerra Civil y la anormalidad en la que vivía España, una anormalidad en la que el PSOE tenía a su servicio una milicia de matones y pistoleros. La comparación con el caso de los matones-escoltas de Pablo Iglesias puede resultar exagerada, y sin duda lo es en cuanto al grado porque no se pueden situar todos estos hecho en el mismo peldaño que lo sucedido en Vallecas, pero en cambio sí que se los puede situar en la misma escalera. Podemos es una anormalidad democrática, un cáncer para la convivencia y un regreso a los episodios más oscuros de nuestra historia. Tampoco es que este episodio del presente no sea oscuro. De hecho el gobierno socialista ha ocultado las detenciones durante semanas.
X
x