La moción de censura

Una moción de censura no es una cosa que suceda todos los días. Se trata por tanto de una cuestión relevante. La que comienza hoy es la quinta moción de censura. De las cuatro anteriores, por cierto, sólo una se llevó por delante al gobierno, precisamente la que perdió Rajoy o ganó Pedro Sánchez. La presentación tendrá lugar a lo largo del día de hoy y se votará mañana. Hay quienes piensan que el resultado está cantado, pero también quienes consideran que la moción de censura es un medio para conseguir resultados que van más allá del resultado concreto de la votación.

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Desde luego VOX consigue con esta iniciativa salir del gallinero en el que el resto de grupos le colocaron y ponerse bajo el foco en el centro del debate político. La moción no la presentará Abascal, aunque sea el candidato alternativo a la presidencia, sino Ignacio Garriga, el candidato de VOX en Cataluña. Abascal intervendrá en el debate posterior a la presentación, ya en su papel de candidato a la presidencia. Con este desdoblamiento parece evidente que VOX pretende promocionar y publicitar a su candidato en Cataluña de cara a las próximas elecciones catalanas. Otra cuestión no menor es que tanto Garriga como Abascal podrán intervenir por una vez sin límite de tiempo, un raro lujo para esta formación.

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Un gobierno merecidamente censurado

Contemplar la situación del país ya es responder a por qué hace falta presentar esta moción. Por un lado tenemos una pandemia fatalmente gestionada, lo que nos ha puesto a la cabeza del mundo en fallecimientos y contagios. También nos ha puesto en cabeza de las limitaciones a los derechos fundamentales, las restricciones democráticas, los confinamientos o la persecución de las críticas al gobierno. Por supuesto también a la cabeza en la destrucción económica. Por otra parte, aprovechando la pandemia, el gobierno de extrema izquierda avanza en la demolición del actual sistema político para alumbrar en el corazón de Europa una especie de república bolivariana. La libertad educativa, la propiedad privada, la justicia, la sanidad concertada, la corona, la memoria histórica, la eutanasia… El vicepresidente del gobierno ya ha advertido al PP, por ejemplo, de que no va a volver al gobierno por vías democráticas. Salta a la vista que vivimos en una constante anormalidad democrática. Nunca una moción de censura estuvo más justificada que en estos momentos.

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En relación a esta moción de censura se va a escuchar muchas veces hablar de “extrema derecha”, pero muy pocas de “extrema izquierda”. La extrema izquierda sin embargo está en el gobierno y con el gobierno. No hay un sólo partido tan a la izquierda que el gobierno de Pedro Sánchez no esté contando con él, incluido Bildu. Es más, Bildu es la pieza fundamental en la investidura de Sánchez. Tenemos partidos en el gobierno cuyos líderes escriben tuits a favor de la dictadura cubana, a favor de Chávez y de Maduro, a favor del Ché, a favor de Lenin. Líderes que se hacen fotos con un chándal de la RDA o con una bandera de la URSS. ¿Por qué la expresión “extrema izquierda” se encuentra totalmente ausente del panorama mediático? Desde luego que existe una amenaza extremista y radical, pero una tan real que ya nos está gobernando. La moción de censura es de hecho una reacción contra esta dura realidad.

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Lo que no sobra es VOX

Naturalmente el PP está en su derecho de que sea una realidad que no le guste, pero la realidad es que la derecha está dividida y también que el PP ya no va a poder gobernar sin VOX. Salvo Galicia, el PP no está gobernando ninguna comunidad sin VOX. Si el PP acepta algo así como un veto a VOX, está aceptando no poder volver a gobernar ni en España ni en casi ninguna comunidad. Resulta por tanto no sólo injusto sino suicida para el PP el hacer suyo el discurso de la extrema izquierda sobre VOX. De hecho parece bastante obvio que el discurso de la extrema izquierda sobre VOX tiene como objeto que el PP no pueda volver a gobernar. Debate aparte es si 3 es multitud y si en el centro derecha sobra un operador. En ese debate el que seguro que no sobra es precisamente VOX. El que sobra es Ciudadanos. El PP está tan lejos de VOX que es casi Ciudadanos. Hay hueco electoral entre el PP y VOX, precisamente por lo lejos que el PP está de VOX, y el hueco es más grande cuantas más distancias marca el PP con VOX. Por eso mismo el hueco entre PP y Ciudadanos, que ya de por sí es ideológicamente escaso, pasa a ser también electoralmente inapreciable. La distancia política entre el PP y Ciudadanos es escasa porque en realidad ambos limitan por un lado con el PSOE y compiten en el otro por estar igual de alejados de VOX.

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Navarra Suma votará NO

Desde luego para el PP es más fácil en este momento meterse con VOX y recibir algunos elogios de todo el aparato mediático que meterse con el gobierno y recibir reproches, la pregunta sin embargo es si eso es lo que quiere su electorado, lo que quieren los españoles y lo que demanda la gravedad del momento. Otrotanto se puede decir de Navarra Suma, que ya ha anticipado el NO a la moción de censura exigido por Abalos. La postura del PP sigue siendo una incógnita, pero en los últimos tiempos el PP ha cesado a Cayetana Alvarez de Toledo como le exigía la izquierda, está estudiando ceder a la renovación del CGPJ como le exige la izquierda, sólo falta que vote ahora no a la moción de censura como le exige la izquierda. Hacer lo que le exige el gobierno es una forma muy rara de hacer oposición al gobierno o presentarse como alternativa al gobierno. Esparza en Navarra presume por ejemplo de haber apoyado 7 de los 9 decretos del gobierno de Chivite. Por su parte Chivite no quiere ni regalado su apoyo para aprobar los Presupuestos. Ni Alzórriz le perdona no haber apoyado 9 de 9. La sumisión casi absoluta no es aceptable. Ser casi un no fascista no vale. Que Esparza haga lo que quiera, pero que no lo haga pensando en ser aceptado por la izquierda radicalizada y sus medios. Por su parte el PP verá si su trabajo es ser la oposición al gobierno o la oposición a VOX; por otro lado es un dilema ridículo que el PP se plantee ser la oposición a VOX primero porque no gobierna VOX y segundo porque gobierna Sánchez.

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Casado también ha presentado por dignidad mociones de censura que no se iban a ganar

Queda por fin la cuestión de si sólo hay que presentar las mociones de censura para ganarlas. En realidad, habida cuenta de que el gobierno es gobierno porque tiene la mayoría y la oposición es oposición porque se encuentra en minoría, habría que pensar bajo ese punto de vista que la oposición se debería pasar toda la legislatura sin hacer nada, sin presentar ningún proyecto y sin realizar ninguna enmienda, habida cuenta que no tiene mayoría para aprobar nada. No obstante, presentar todo tipo de iniciativas no tiene como fin únicamente que se aprueben, sino también abrir debates sobre lo que está haciendo el gobierno, mostrar a la ciudadanía que de cara a una nueva cita electoral existe un camino alternativo, reflejar el malestar ciudadano o dar la alarma sobre una situación cuando la gravedad del momento lo requiera. Sin duda para todo eso sirve la moción de censura aunque se pierda. No suele suceder además que alguien pase sin más de perder por 10 a ganar por 1. Para que eso suceda antes hay que ir librando batallas para perder sólo por 9, después sólo por 8, luego sólo por 2… Lo que nos va a mostrar el PP entre hoy y mañana es si la batalla la va a dar contra el gobierno, si la va a dar contra los que están dando la batalla al gobierno, o si no va a dar ninguna batalla y va a esperar a que algo pase haciendo nada para que pase. Por lo demás, Casado no se cree su propio argumento de que no apoya la moción de censura porque no puede ganar, y es que se podría citar al propio Casado y su hemeroteca como testigo de cargo para evidenciar su incoherencia y neutralizar su argumentación.

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