No siempre el éxito de una manifestación se mide por las cifras, pero en este caso no cabe duda de que la manifestación de ayer en Madrid, bajo el lema “Por una España unida. ¡Elecciones ya!», fue todo un éxito atendiendo a las cifras, más aún con el poco tiempo de preparación. De todos modos, antes de valorar si las cifras son un éxito o un fracaso conviene delimitar ese marco de cifras en el que razonablemente nos podemos mover.
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¿Cuánta gente fue a la manifestación?
Como de costumbre en estos casos, procede recurrir a las imágenes y a los metros cuadrados ocupados por los manifestantes para realizar una estimación. La manifestación llegó a ocupar cerca de 110.000 metros cuadrados, lo que arrojaría un resultado de 110.000 manifestantes siendo rácanos (un manifestante por metro cuadrado), 330.000 siendo generosos y 220.000 situándonos en un término medio. Comparando la manifestación de ayer con otras medidas por este método, nos encontramos ante una enorme manifestación.
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Usando fotos con vistas parciales o de momentos en los que no habían llegado todos los manifestantes
Naturalmente hubo ayer también quien intentó minimizar la magnitud de la manifestación, pero los intentos en este sentido fueron más bien burdos y destinados a personas poco acostumbradas a contrastar la información. Para informar sobre cuánta gente hay en un acto, hay que tomar la imagen del momento de máxima afluencia. Si vemos que alguien enseña imágenes que no se corresponden con el momento en que hay más gente, nos está manipulando. Si para decir que la manifestación fue un fracaso alguien tiene que buscar una foto que no muestre a todos los asistentes, o no muestre el momento en que todos los manifestantes llegaron al lugar de la convocatoria, lo que está reconociendo implícitamente es el éxito de la concentración y que no puede sostener su tesis más que con una foto en la que no se ve realmente el número de manifestantes.
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Fascista tu prima, con perdón
Otra línea de descalificación hacia la manifestación de ayer se refirió no ya al número de los concentrados, sino a su condición de fascistas. El PSOE no se cortó demasiado en este sentido, faltando al respeto a todos los asistentes.
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En realidad es fácil parodiar las críticas que ayer se hicieron a quienes participaron en la manifestación porque, viendo la fotografía de los representantes de las diversas formaciones que acudieron a la formación, y a diferencia de otras fotos y otras manifestaciones a las que van otros.
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En la foto de los líderes de la manifestación de ayer no hay ni uno de los fotografiados que apoye regímenes dictatoriales.
No hay ni uno que apoye a personas encarceladas por ejercer la violencia.
No hay ni uno que se emocione viendo cómo pegan a un policía.
No hay ni uno que apoye golpes de estado.
No hay ni uno que haya montado un pucherazo.
No hay ni uno que haya apoyado una declaración unilateral de independencia.
No hay ni uno que le gustaría azotar a una mujer hasta que sangrase
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¿Quiénes no apoyaron la manifestación?
Por contra, dando la vuelta a la crítica anterior y a algunas de las cosas que se dijeron en redes sociales, en la foto de quienes no fueron ayer a Colón estarían:
El PSOE.
Los que apoyan la dictadura de Maduro.
Los que celebran la dictadura de Cuba.
Los que se fotografían con banderas de la URSS.
Los que piden la amnistía para los presos de ETA.
Los que piden la amnistía para los golpistas catalanes.
Los que hacen ongi etorris a los asesinos de ETA.
Los CDR.
La manada de Alsasua.
Los que no quieren que los violadores y asesinos en serie de mujeres estén en la cárcel.
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Claro que lo anterior es burdo y de trazo grueso, pero tanto o tan poco como las comparativas que se hicieron en sentido contrario.
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La izquierda no esta por el dialogo
Otro de los argumentos que se han escuchado en los últimos días contra la manifestación de ayer es que los manifestantes no están por el diálogo. O sea, que Pedro Sánchez está por el diálogo y quienes le critican no. Es curioso que la izquierda pretenda convencernos siempre de que ella apuesta por el diálogo cuando nunca se le ha oído a la izquierda decir que está por el diálogo con el PP, por ejemplo, no digamos por el diálogo con VOX. La izquierda, si nos fijamos, sólo habla de diálogo para dialogar con la ETA o con los separatistas. Pero claro, hablar con la ETA y los separatistas y poner al mismo tiempo un cordón sanitario a los fascistas del PP, a los fascistas de Ciudadanos, a los fascistas de UPN y a los fascistas de VOX, ¿eso es ser dialogante? A lo mejor es que, bajo la premisa de si alguien te pone una bomba entonces es más necesario que nunca el diálogo con él, como UPN, PP, Ciudadanos y VOX no le ponen bombas nadie, ni dan golpes de estado, con ellos no hace falta dialogar nunca. Pero no seamos ingenuos, cuando los socialistas dicen que ellos apuestan por el diálogo con los catalanes para resolver la crisis catalana, ¿no es más cierto que en realidad dialogan sólo con los catalanes separatistas (que no son todos los catalanes y ni siquiera la mayoría) y que lo que pretenden es aprobar sus presupuestos sólo para seguir en el poder y no para resolver el problema catalán?
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Con los golpistas ya no es el momento de dialogar
Hablar es lo que se hace con alguien hasta que da un golpe de estado y proclama una república independiente, saltándose la legalidad, inventándose un sujeto de derecho, e incluso tomando unilateralmente ese sujeto con un 47% real de apoyo popular frente al 53% de la población. A partir de ahí lo que se hace con los golpistas es desarticularlos y procesarlos. No ver qué se les da a cambio de seguir preparando un nuevo golpe a ver si a la segunda les sale mejor o hay muertos. Y si uno no puede gobernar ni con los golpistas ni sin los golpistas, entonces convoca elecciones, y más si realmente se cree que tiene el respaldo de la población y que las manifestaciones contra él han pinchado.
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Movilizar al rival
Precisamente que la manifestación haya sido un gran éxito puede ser al mismo tiempo un cierto riesgo. No cabe duda de que el electorado de centro y de derecha está movilizado contra el entreguismo y las contradicciónes de Pedro Sánchez, o de que el electorado de izquierdas está desmovilizado por esta misma razón, en lo que se refiere a buena parte de los votantes socialistas, a lo que se añade el caos en que anda sumido Podemos con el naufragio de sus marcas autonómicas o la deriva de su carismático líder y su chalet. En este sentido un cierto riesgo del centro derecha sería superar el punto de presión en el que ya no moviliza más partidarios pero en cambio empieza a movilizar a los del rival. El puchero tiene que estar caliente, pero sin quemar., lo cual es complicado y hay que disponer de un buen termómetro social. O por decirlo de otro modo, Zapatero ganó tras las grandes movilizaciones que se desarrollaron contra él y el cambio en Andalucía llegó sin avisar. Por otro lado, este riesgo sólo se intensificaría si el PSOE se moderara. Es difícil no reaccionar si un día sí y otro también Pedro Sánchez se desayuna con una barbaridad, y esto lleva cada día un poco más allá el punto en el cual la población puede pensar que el centro derecha está sobrereaccionando, lo que le da un mayor margen, pero no ilimitado, para actuar.
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El cambio en Navarra sin el PSN es casi imposible, pero con el PSN es totalmente imposible
Por lo que respecta a Navarra, si a Barcos la llaman bonita y a tí te llaman fascista está bastante claro dónde va a estar el PSN tras las elecciones de mayo. Es dificilísimo construir una alternativa al nacionalismo sin el PSN, pero con el PSN es imposible. Al menos a fecha de hoy, mientras siga Sánchez en la Moncloa y dependa de los separatistas para seguir en ella. Claro que también parecía dificilísimo construir una alternativa a UPN sin el PSN y ahí la tenemos. Esto no es hacer un cordón sanitario a los socialistas porque ojalá los socialistas se vinieran a este lado del cordón, pero habrá que pensar en el trabajo por hacer si no vienen.
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Si ellos pueden hacer un “gobierno entre diferentes”, y encima presumir de ello, nosotros también
Pese a la lógica y respetable desconfianza y competencia electoral que a menudo embarga a las distintas formaciones de centro derecha, ayer estaban todas sin complejos en Madrid desde UPN y PPN hasta Vox pasando por Ciudadanos. La lógica por la que ayer estaban todas juntas en Colón es la misma que les exige estar todas juntas sin complejos tras las elecciones de mayo. Puede que ayer algunos líderes políticos estuvieran incómodos juntos, pero en cambio los manifestantes estaban cómodos entre ellos. El desprecio o la hostilidad no tiene sentido que sea la forma de relacionarse entre estos partidos, sobre todo porque la gente que les vota, los votantes de UPN, PPN, Vox y Ciudadanos tienden a llevarse bien. Es lógico que surjan roces bien por las diferencias bien porque compiten dentro de un cierto mismo mercado, pero no pueden olvidar lo que les une y tampoco y quizá sobre todo a lo que se enfrentan.
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2 respuestas
Lo del Mentizias da mucha risa, es increíble que aún haya gente que lo lea. A no ser que estén dispuestos a vivir engañados, que todo es posible.
El vigente «cuaderno de estilo» para los medios, que debieran ser de comunicación social y fundados en la verdad, hace su papel en apoyo del PODER, llámese este como se llame. Lo que no puede impedir es que se extienda la noticia boca a oreja, como ocurrió en Andalucía. El juego del descrédito no les funcionará a quienes no tienen crédito, y a pesar del voceras del CIS.