El recuento de manifestantes era una ciencia perfectamente prescindible para la izquierda española hasta que hace unos años empezó a manifestarse la derecha. A partir de entonces, empezaron a surgir diversas técnicas de contabilizar manifestantes cuyo doble objetivo era tanto establecer un cierto realismo en las dispares cifras de asistencia como rebajar en lo posible el número de asistentes a las manifestaciones de derechas. Ninguna de estas técnicas, naturalmente, se había aplicado años atrás cuando, a cuenta del Prestige o la guerra de Iraq, se manifestaba la izquierda. Lo cierto es que muchas de estas técnicas tenían sentido, como calcular la superficie ocupada por los manifestantes y establecer un máximo de manifestantes por metro cuadrado. Los datos arrojados por aquellos cálculos nos ponían en la pista de que, acaso durante décadas, seguramente por no utilizar las técnicas adecuadas, las cifras de asistencia a las manifestaciones siempre habían resultado notablemente exagerados.
La última aportación tecnológica al recuento de manifestantes en España la llevó a cabo la empresa Lynce en octubre pasado, con ocasión de una manifestación multitudinaria en Madrid contra el aborto. Un sistema de cámaras aéreas y un programa de reconocimiento informático, aseguraba la empresa, contaban uno a uno a todos los asistentes. En aquella ocasión, el recuento arrojó la cifra de 55.316 manifestantes. Naturalmente se podía discutir la validez de la técnica, pero aún dándola por buena, dada su novedad, para saber si 55.316 eran pocos o muchos habría que esperar a los resultados de esa misma técnica en otras manifestaciones. El primer dato revelador se produjo en diciembre del año pasado cuando, bajo el lema “que no se aprovechen de la crisis”, los sindicatos organizaron una manifestación en contra de los empresarios. El recuento de Lynce arrojó un total de sólo 32.921 asistentes.
El varapalo ha sido aún mayor en el cómputo de manifestantes contra el retraso de la edad de jubilación el pasado martes. En esta ocasión, según Lynce, el número de asistentes a la manifestación de Madrid fue de tan sólo 15.381 personas. Una cifra que probablemente confirma los recuentos fuera de la realidad de tiempos pasados, pone en valor a quienes se manifestaron contra el aborto en octubre, y convierte en un rotundo fracaso la convocatoria de los sindicatos.