Sííííí. Hoy es el día. Casi todos estamos expectantes a ver si nos cae el Gordo y nos hacemos ricos.
Aunque no será para tanto.
En realidad, jugando un décimo nosotros solos, aunque nos tocara el Gordo sólo ganaríamos 400.000 euros. Poco para considerarse rico o conseguir una prejubilación de oro. De los cuales, a su vez, tendríamos que descontar 80.000 euros, que es lo que se lleva Hacienda. El Gordo, en definitiva, se queda en 320.000 euros al décimo.
Que a su vez, muchas veces es un número repartido…
Hablando de reparto, interesa detenerse un momento en los números de la lotería.
De todo lo que nos gastamos en lotería en Navidad, el reparto es el siguiente:
-El 70% se reparte en premios. -El 5% corresponde a los gastos del propio sorteo. -El 25% se lo queda el estado.
Además, habría que añadir a lo que se queda el estado el 20% de los premios de más de 2.500 euros, por el impuesto que se introdujo en el año 2013.
¿Y por qué antes la lotería no tenía impuestos?
Pues aunque parezca ilógico, más bien es todo lo contrario. La lotería no tenía impuestos porque la propia lotería es un impuesto. A fin de cuentas no es más que una fórmula de la que se vale el estado para aumentar su recaudación. Si la llamáramos impuesto voluntario parecería una contradicción en los términos, por lo que quizá sería más correcto llamarlo impuesto estampita, virtual o camuflado.
Desde el punto de vista de las probabilidades, la cosa funciona de este modo.
La posibilidad de que nos toque el Gordo jugando un número es de 0,00001.
Es decir, de 1 entre 100.000.
Lógicamente hay 100.000 bolas con 100.000 números en el sorteo (uno es el 00000)
De hecho hay dos bombos. Uno con 100.000 bolas para los números y otro con 1.807 bolas para los premios.
Existen las mismas posibilidades de que toque un número que cualquier otro.
Por ejemplo, existen las mismas posibilidades de que el número premiado sea el suyo ó el 12345. ¿Cree que existen muchas posibilidades de que el número premiado sea el 12345? ¿Le parece muy probable que salga el 11111? Pues eso, lo mismo de probable a que salga el suyo. También es igual de probable (más bien de improbable) que le toque el Gordo a usted que al mismo tipo que ya le cayó el año pasado.
Incluso si uno comprara todos los boletos, por el reparto que hemos explicado anteriormente, no recuperaría ni el 70% de lo invertido.
Para Thomas Jefferson, la lotería era un invento tan maravillosa que permitía hacer recaer los impuestos “sólo en aquellos que quieren pagarlos de buena gana”..
Dicen que la mejor prueba de que el billete de lotería no va a tocar es que no se lo queda el que lo vende
También suele escucharse que la lotería es el impuesto que pone el estado al desconocimiento de las matemáticas.
Hay quien directamente llama a las loterías estatales el «impuesto de los tontos«
No hay duda de que estamos del lado equivocado de la lotería para ganar dinero. La única forma segura de ganar dinero en una lotería es ser el que la organiza.
Obviamente hay uno de cada 100.000 jugadores al que no se le puede aplicar nada de esto.
Y luego están los premios menores y los reintegros, aunque estos normalmente volvemos a jugarlos hasta perderlos.
A pesar de todo lo dicho, ¿quién dijo que siempre actuamos racionalmente? Les deseamos hoy mucha suerte y que les toque el segundo premio.
Porque el primero, naturalmente, esperamos que nos va a tocar a nosotros.
4 respuestas
jajaja…muy bueno el articulo,y ademas muy real,de todas maneras pienso que en Navidad todos llevamos algún boleto,por obligación,ya que bien sea en el trabajo,o donde uno se mueve habitualmente,es CASI obligado comprar un boleto,y si no que le digan al del anuncio de este año de la loteria.
peor puede ser…
http://www.microsiervos.com/archivo/libros/money-for-nothing.html
Siento decirlo yo soy pagador del impuesto de los tontos. Comprendo que la banca siempre gana , aqui el Sr. Montoro. Bien que me gustaría eso de que Hacienda somos todos, pero ya parafraseando a Orwell lo que seguramente ya muchos otros han dicho » pero unos somos más hacienda que otros», sobre todo los que si alguna vez vamos a Suiza , lo hacemos para ver la Jungfrau( montaña no sean malpensados) y no a otros menesteres, no aparecemos por Liechstenstein sino cuando pasamos para ir a Baviera Sur, ni nos llegamos a Luxemburgo para ver si queda historia hispánica, ni viajamos a Andorra por caernos un poco a trasmano y por supuesto a Gibraltar ni pensarlo ni siquiera a comprar queso de bola o chocolate ni mucho menos güiston, además mientras hablas con los yanitos en perfecto español con acento andaluz , ves ondear la de los british y te da yuyu y un pellizco de vinagre en el estomago.
Lo dicho ,la hacienda que gobierna el ciudadano Montoro ,celoso defensor de que paguemos los mismos , siempre gana . Es decir yo al final tambien pago el impuesto d e los tontos y ni toca . Me consuelo diciendo lo importante es la salud , y oyendo los premios por poco se me olvida la pastilla de la tensión y la del azúcar.
Ya lo decía mi abuelo que de esto sabía un poco: «trabajo y economía es la mejor lotería». Amén