El pasado jueves el Congreso aprobó la Ley Orgánica de protección integral de la infancia y la adolescencia frente a la violencia. Para abreviar, la Ley de la Infancia, o Ley de Defensa de la Infancia. La ley sólo contó con el voto en contra de VOX y PNV, en el caso de VOX por cuestiones de fondo y en el del PNV porque afirma que la ley invade competencias de la CAV. Navarra Suma, JuntsxCat, PdeCat y Bildu se abstuvieron.
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Respecto a una ley de defensa de la infancia como esta se imponen desde luego una serie de consideraciones previas.
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Estar en contra de la ley, por ejemplo, no significa estar en contra de la defensa de la infancia, como podría deducirse de algunas portadas y tertulias, no digamos de algunas portavocías políticas. O sea, la defensa de la infancia no se identifica con la defensa de la ley. Habría varias leyes posibles para defender a la infancia y esta ley es sólo uno de los caminos posibles para hacerlo, puede que uno de los peores.
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Otra cuestión que a la vista de algunas opiniones publicadas merece aclarar es que antes de esta ley en defensa de la infancia ya existían infinidad de leyes y normas defendiendo a la infancia. Parece escuchando a algunos portavoces que hasta el jueves pasado no había leyes defendiendo la infancia y se podían violar, matar y asar impunemente a los niños en España. O abortarlos, ya que de defender infantes hablamos, parece que a partir sólo de cierto mes o cierto límite administrativo sin embargo.
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Como cualquier ley, es difícil que toda ella sea mala por completo y que no pueda contener elementos positivos. El problema son los matices o la cantidad y calidad de los elementos negativos. Imaginemos por ejemplo una ley a favor de los parados cuyo artículo segundo previera la ejecución de los pelirrojos. Lógicamente no podría esperarse que los pelirrojos votaran a favor de la ley. Tampoco sería justo que los medios titularan que los pelirrojos se oponen a ayudar a los parados.
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Considerando todo lo anterior, la ley contiene toda una serie de pildorazos ideológicos en su articulado entre los que hemos seleccionado unos cuantos para que se hagan cargo. Todos ellos tienen en común el, bajo la excusa de la protección de los niños, venir a abrir puertas para introducir en el sistema educativo cuestiones opinables y partidistas pertenecientes a la “ideología” y la “perspectiva de género”.
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Artículo 3. Fines
j) Garantizar la erradicación y la protección frente a cualquier tipo de discriminación y la superación de los estereotipos de carácter sexista, racista, homofóbico, bifóbico, transfóbico o por razones estéticas, de discapacidad, de enfermedad, de aporofobia o exclusión social o por cualquier otra circunstancia o condición personal, familiar, social o cultural.
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Artículo 25. Prevención en el ámbito familiar.
25.3.b) Promover la educación y el desarrollo de estrategias básicas y fundamentales para la adquisición de valores y competencias emocionales, tanto en los progenitores, o en quienes ejerzan funciones de tutela, guarda o acogimiento, como en los niños y niñas de acuerdo con el grado de madurez de los mismos. En particular, se promoverá la corresponsabilidad y el rechazo de la violencia contra las mujeres y niñas, la educación con enfoque inclusivo y el desarrollo de estrategias durante la primera infancia destinadas a la adquisición de habilidades para una crianza que permita el establecimiento de un lazo afectivo fuerte, recíproco y seguro con sus progenitores, o con quienes ejerzan funciones de tutela, guarda o acogimiento.
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Artículo 26.2 Actuaciones específicas en el ámbito familiar
Las administraciones públicas elaborarán y/o difundirán materiales formativos, en formato y lenguaje accesibles en términos sensoriales y cognitivos, dirigidos al ejercicio positivo de las responsabilidades parentales o tutelares. Estos materiales contendrán formación en materia de derechos y deberes de los niños, niñas y adolescentes, e incluirán contenidos específicos referidos a combatir roles y estereotipos de género que sitúan a las niñas en plano de desigualdad, contenidos sobre la diversidad sexual y de género, como medida de prevención de conductas discriminatorias y violentas hacia los niños, niñas y adolescentes.
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Artículo 28.
Los niños, niñas y adolescentes en todas las etapas educativas e independientemente de la titularidad del centro, recibirán, de forma transversal, una educación que incluya su participación, el respeto a los demás, a su dignidad y sus derechos, la igualdad de género, la diversidad familiar, la adquisición de habilidades para la elección de estilos de vida saludables, incluyendo educación alimentaria y nutricional, y una educación afectivo sexual, adaptada a su nivel madurativo y, en su caso, discapacidad, orientada al aprendizaje de la prevención y evitación de toda forma de violencia y discriminación, con el fin de ayudarles a reconocerla y reaccionar frente a la misma.
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Como seguramente es lógico no se puede disociar fácilmente esta ley de las ideas y la visión del mundo de sus impulsores, de hecho tampoco han hecho el mínimo esfuerzo para hacerlo. De algún modo, como en muchos otros ámbitos, se parte de la base de que la violencia contra los niños es el producto de una serie de ideas equivocadas. Si pasamos a universalizar a través del sistema educativo las ideas correctas, que por supuesto son las del gobierno, desaparecerá la violencia contra los niños y en general todo mal en el mundo. Desde luego esta forma de entender las cosas parte de la peligrosa idea de que el mal en el mundo está causado por los que no piensan como el gobierno y que el mal es una especie de error dialéctico. Como si el que viola niños no supiera que está mal violar niños y fuera una víctima de la ignorancia y de un sistema educativo no progresista, o no lo bastante progresista. Desde luego esta ley ya podemos anticipar que no va a ser tampoco lo bastante progresista. O sea, los niños seguirán sufriendo violencias incluso a partir de la aprobación de esta ley. Es decir, en el futuro tendremos que concluir o que la ley y las ideas que la inspiraban eran un bluff o que no era lo bastante progresista, por lo que para acabar con la violencia contra la infancia habrá que volver a aprobar una ley todavía más progresista. Ad infinitum, o hasta que decaigan las autodenominadas ideas “progresistas”.
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Otra idea transversal a lo largo de toda la ley es que el estado es inherentemente el defensor de los niños. Otras instituciones, e incluso los padres, pueden ser buenos o malos para los niños, pero el estado siempre es bueno. ¿Y cuando no lo es como en Baleares? La ley contempla que los condenados por atentar contra la infancia no puedan trabajar con niños tras cumplir su condena pero no que los condenados por atentar contra la infancia se pasen el resto de su vida entre rejas. Al parecer eso no es progresista. No es seguro dejar que ciertos tipos trabajen con niños pero sí dejarlos pasear por los parques. En definitiva, ni los que no han votado a favor de la ley están contra la defensa de los niños ni los que han votado a favor defienden más que los demás a los niños.
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