Llama la atención que, cuando un miembro de Segi escribió un artículo en Gara reprochando a Aralar estar a sueldo del PNV, Zabaleta reaccionó de inmediato amenazando con querellarse contra él: “nos veremos en los tribunales si no se retracta”.
A pesar de su desparpajo cuando habla de “presos políticos vascos” para referirse a terroristas detenidos, llama la atención que Zabaleta hubiera estado más que dispuesto a recurrir a los tribunales españoles para añadir otro “preso político vasco” a la lista, aunque luego hubiera firmado un manifiesto para apoyarlo.
La condición de militante de Segi por parte del interfecto (ahora en la cárcel, tras la desarticulación de un comando etarra), no hace sino subrayar la incoherencia de Aralar y Zabaleta: se solidarizan con Segi cuando los tribunales les condenan por la autoría de actos de kale borroka o por pertenencia a banda armada, pero les llevan a esos mismos tribunales para que los condenen cuando meramente escriben un artículo en su contra. Como si fuera menos grave el terrorismo que criticar a Zabaleta.