La Guerra del Quesito comienza con Barcina en clara desventaja

La candidatura de Catalán busca la alianza con el PSN

Este fin de semana, por si cabía alguna duda, el quesito ha desvelado su estrategia. No estamos ante la mera elección de un candidato que dedique más tiempo al partido a nivel interno. Pese a lo que nos decían, nunca se ha tratado de eso. La candidatura de Alberto Catalán dejó claro este sábado en Tudela que de lo que se trata es de escorar a UPN hacia la izquierda para sellar un pacto de gobierno con el PSN. Catalán explicaba que “hay que buscar acuerdos con otras fuerzas” y que “si no se cuenta con el respaldo de algún grupo, todas las propuestas de UPN van al cajón”. Begoña Sanzberro, por su parte, aseguraba  que “tenemos que ser capaces de pactar con los que son distintos” porque “es improbable tener mayoría absoluta”. Es decir, la teoría del quesito en estado puro. Fíjense que lo sustancial del discurso de la candidatura de Catalán ya no es el partido y sus vicisitudes internas sino el gobierno, la estrategia y la política de pactos de UPN. Los militantes de UPN deben ser conscientes de todo ello porque si gana Catalán el cambio en la presidencia del partido no será un punto final, sino un punto de inicio.

Hay militantes de UPN que no saben lo que es la teoría del quesito

Por extraño que parezca hay navarros, incluso militantes de UPN, que no saben a estas alturas en qué consiste la teoría del quesito. El planteamiento de la teoría es sencillo: a la tarta electoral hay que quitarle un 25% de voto nacionalista. Por tanto, para obtener mayoría absoluta hay que conseguir el 66% del 75% restante de los votos, lo cual según las explicaciones del propio Miguel Sanz es “difícil de narices”.

Si conseguir mayoría absoluta es tan difícil, porque ya un cuarto del quesito es nacionalista, entonces la única manera de asegurar que los nacionalistas no lleguen al poder es pactar con el PSN. La suma histórica de diputados obtenidos por UPN más PSN avalaría la estrategia de que ambas formaciones podrían gobernar juntas PARA SIEMPRE. La teoría del quesito se convierte en la dictadura del quesito.

Sin embargo, la teoría del quesito adolece de un error de base y es que el 25% de voto nacionalista no es un 25% arbitrario. No hay partidos nacionalistas de derechas en Navarra. Por consiguiente, el 25% de voto nacionalista es un subconjunto de la izquierda.

Todo el voto nacionalista sale de la mitad izquierda del quesito. El mapa electoral navarro no es como el de Cataluña o la CAV. El mapa navarro se parece más al de Galicia, donde también hay nacionalistas y no nacionalistas, pero sólo hay discurso nacionalista de izquierdas. El resultado es que el PP obtiene mayoría absoluta de manera casi recurrente en Galicia. Obviamente Navarra es Navarra y Galicia es Galicia, pero el principio es el mismo. Obtener mayoría absoluta es difícil, pero no más difícil que en cualquier otro sitio y no más que en Galicia. El centro derecha navarro unido,de hecho, siempre hubiera podido conseguir mayoría absoluta o siempre hubiera quedado muy cerca de conseguirlo.

Unidos al PSN tendremos fuerza suficiente para sacar adelante medidas…socialistas

Un primer beneficiado de que UPN se desplazara ideológicamente a la izquierda sería el PPN. Cuanto más se mueva UPN a la izquierda (y forzosamente tendrá que hacerlo para pactar con el PSN) más espacio electoral del centro derecha dejará al PPN. Es cuestión de tiempo que el PPN lo ocupe. Al moverse hacia la izquierda tampoco es probable que UPN gane votos porque ya hay una frontera con el PSN por ese lado.

El pacto con el PSN no es comparable al pacto con el PP. UPN es un partido de centro derecha y existe una coincidencia natural con el PP porque ambos defienden ideas y valores similares. Lo que ahora propone el sector del quesito es forzar los valores de UPN para encontrarse con un partido de izquierdas con ideas y valores «progresistas». No hay ni una sóla parte del discurso del quesito que sea propositiva. La aritmética y la estrategia sustituyen al discurso político. El quesito es el instrumento perfecto del PSN para imponer su programa a un gobierno común con UPN. ¿Cuáles son las líneas rojas para pactar con el PSN? Si la única línea roja es que no gobiernen los nacionalistas, todo lo demás es ya terreno abandonado a favor del PSN. Por tanto sí hay un debate ideológico en estas elecciones aunque las partes lo nieguen absurdamente. Y si hay más líneas, ¿para qué sirve entonces la teoría del quesito? ¿En qué se diferencia entonces de Barcina? ¿Y qué hará el quesito si el PSN cruza alguna otra línea roja? ¿Romper? ¿Qué le reprocha entonces a Barcina?

Un partido con ideas y valores es difícil que pueda ser un partido bisagra. Un partido con ideas y valores tenues precisamente por eso puede ser partido bisagra, pero raramente se mantiene como el partido más votado y ni siquiera como un partido grande.

El colmo del ridículo, tras renunciar a los propios valores y las propias ideas, sería que UPN y PSN ni siquiera llegaran a sumar 26 diputados (ahora suman sólo 28). ¿Para qué serviría en ese caso la teoría del quesito? ¿Propondría entonces el quesito que entrara en el pacto el PPN? ¿Entonces de qué nos vale una vez más la teoría del quesito si para ese viaje no hacen falta alforjas?

Catalán= más PSN y más Sanz

La candidatura de Catalán es más PSN, pero también tiene una lectura a nivel de control del partido que significa más Sanz. De lo que verdad se trata a nivel interno es de eliminar a cualquiera que no sea sumiso a la teoría de Sanz y su quesito, no de elegir al presidente del partido, ni de reactivar la vida interna del partido, ni de atender mejor al partido. No es un debate de personas (que también), sino sobre todo de ideas, de estrategias… y de influencia interna. Los militantes de UPN deben saber que es eso lo que están votando. Si Sanz consigue convertirse en una especie de supervisor en la sombra del presidente de UPN y de la política del gobierno, ni Barcina, ni Catalán ni nadie podrá separarse ya jamás de la sombra de Sanz.

Obviamente Barcina lo tiene muy difícil porque se enfrenta a la mayor parte de la nomenclatura de UPN, un aparato del partido que se ha forjado durante más de 15 años de sanzismo y que ahora aspira a perpetuarse. La militancia del partido más próxima al aparato del partido tampoco apoya mayoritariamente a Barcina. La única esperanza de Barcina es movilizar entre el resto de los militantes un voto que respecto a las viejas estructuras de partido sea el voto del cambio, pero que respecto a las ideas y los valores de UPN sea un voto de confirmación frente a una estrategia de disolución.