El mes de enero está siendo en Navarra uno de los más lluviosos, si no el más, de los últimos años. Pero el agua no sólo ha caído intensamente en forma líquida, sino también en forma de nieve que se acumula en nuestros montes. Las últimas gráficas de la Confederación Hidrográfica del Ebro, publicadas ayer mismo, muestran la acumulación de nieve en el Pirineo muy por encima del año pasado y también sobre la media de los últimos cinco años.
Datos como estos contrastan con las afirmaciones hace bastantes años de responsables políticos como Cristina Narbona, que daban el negocio del esquí en España por prácticamente liquidado a causa del cambio climático. Eso sí, a pesar de la fe de la Administración en el cambio climático, resulta que prácticamente todas las estaciones de esquí del Pirineo sean ahora mismo de carácter público o semipúblico. Naturalmente todas ellas presentan cifras desastrosas pero no por la falta de nieve a causa del cambio climático sino, más bien, por falta de esquiadores por culpa de la crisis o la propia sobreoferta del monopolio público del esquí. Obviamente, al igual que los 70 canales de TV autonómicos y locales públicos o subvencionados, los españoles consideramos el esquí de calidad como un servicio público esencial (aunque el forfait cueste un cofre de doblones) e irrenunciable del que no podemos prescindir aunque tengamos que subir impuestos y matar la economía. Lo primero es lo primero. ¿Cómo van a ser imprescindibles los circuitos de velocidad y no lo van a ser las estaciones de esquí? Pues también es verdad.
Apunte final para señalar que la Confederación Hidrográfica del Ebro, de nuevo en el informe de ayer mismo, señalaba que el Pantano de Yesa se encuentra lleno al 87%, el de Itoiz al 81% y el de Eugui al 86%. Todos estos pantanos siguen sin reventar tal y como profetizaron los mayas y, por el contrario, han ayudado a controlar y mitigar en lo posible las avenidas de agua y sus correspondientes daños en los últimos tiempos. No es tan nacional-progresista como inundarse pero a cambio ahorramos unos cuantos millones de euros.
2 respuestas
Sería interesante analizar el hecho de que, en ésta época de crisis, el Gobierno de Navarra continua subvencionando la famosa «semana blanca». Semana en la que nuestros chicos dejan aparcado el estudio y se dedican a llenar plazas hoteleras y casas rurales a modo de respiración asistida al dudoso turismo blanco navarro.
Me pregunto que pasaría con el sector si se dejasen de aportar (vía-gobierno de Navarra) ésas plazas escolares a los negocios hosteleros de ésas zonas.
Me pregunto también si no resultaría entonces que el negocio está sobredimensionado y tendría que reajustarse por el propio mercado.
Y finalmente me pregunto, ahondando en la sospecha, si no resultará que detrás de algunos de esos hoteles y alojamientos rurales que han proliferado a la sombra de los presupuestos generales, no tendremos políticos,directores generales y parásitos de ésa especie que acostumbra a mutarse en empresario cuando el mercado lo determina el gobierno.
Es fundamental que los pueblos del Pirineo no mueran de viejos,que haya continuidad,que los pocos jóvenes de la zona se reciclen en negocios que hagan de los hermosos pueblos del Pirineo Navarro,que sigan estando vivos y que sigan siendo iguales que cuando les canto Julián Gayarre.