Una buena noticia dentro de las tinieblas y llena de conclusiones aleccionadoras es que la fábrica de SEAT en Martorell (Grupo Volkswagen) ha transformado una de sus líneas para fabricar modelos del SEAT León en una línea dedicada a fabricar respiradores mecánicos, como los que se necesitan desesperadamente en las UCI de toda España. En apenas una semana, lo que constituye un tiempo récord, 150 personas han diseñado, fabricado, revisado y mejorado nada menos que 13 prototipos hasta llegar a un modelo de respirador capaz de cumplir los estándares médicos exigidos de calidad y funcionamiento. Tras un último test de larga duración al que está siendo sometido el prototipo definitivo para su homologación, el respirador podrá empezar a ser producido en serie y distribuido a los hospitales. Sin necesidad de hacer comprar dudosas en China. Sin tener que depender del exterior.
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Para poder diseñar el aparato, la SEAT ha contado con la colaboración y el asesoramiento de otras empresas y entidades como Protofy.xyz, Recam Laser, Ficosa, BOSCH, Luz Negra, Doga Motors, LCOE, Idneo, Secartys, El Hospital Germans Trias y Pujol, el Instituto de Investigación Germans Trias i Pujol, la Universidad de Barcelona, el Centro de Medicina Comparativa y Bioimagen y el Hospital Clínic de Barcelona. Como anécdota, el motor que mueve el respirador es una adaptación del que utilizan los SEAT León para los limpiaparabrisas.
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A la buena noticia de que en muy breve espacio de tiempo vamos a poder contar con los respiradores que tanto se necesitan en las UCI en estos momentos, se suma el hecho de que los vayamos a producir nosotros mismos, con nuestros propios recursos, sin dependencias exteriores, sin tener que esperar aviones que no llegan, sin que se los acabe quedando otro país para atender primero sus propias necesidades, como hizo Alemania.
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El buen trabajo de la SEAT pone en evidencia asimismo tanto la necesidad de la colaboración público-privada como los buenos resultados de esta. Al entrar los EEUU en la Segunda Guerra Mundial, las fábricas de máquinas de escribir empezaron a fabricar ametralladoras; las de coches, carros de combate, en poco tiempo el coloso americano inundó de material el teatro de operaciones europeo y del Pacífico dando un vuelco total a la guerra.
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Acciona, Ferrovial, Gamesa, M Torres, INDRA, la SEAT, Airbus… Pese a nuestros complejos tenemos una gran capacidad técnica e industrial, propia o compartida con otros socios internacionales, de sobra para producir por nosotros mismos respiradores, mascarillas o equipos médicos sofisticados. Raro era no ver en España a estas alturas una respuesta de la industria para dotar al sistema sanitario del equipamiento necesario. Salta a la vista que los recursos estaban ahí, lo que ha fallado una vez más es el retraso de la burocracia dirigente en dar la señal de alarma para empezar a poner nuestros recursos a funcionar en la dirección adecuada. Lamentablemente hemos perdido un tiempo precioso, que nos va a costar vidas, para empezar a reaccionar.
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