Como pueden observar, hemos remarcado con recuadros amarillos los principales órganos de decisión de la CAN: El Consejo General, o máximo órgano rector, el Consejo de Administración y el Director General. El conjunto del organigrama permite entender quién nombra a quién y la composición de cada órgano. Para no complicar el organigrama, no hemos coloreado cada miembro cuya presencia depende del poder político, como en el caso evidente del Presidente, los miembros del Parlamento o los de los ayuntamientos, pero es una clave que deben tener en cuenta al preguntarse quién nombra en último término a cada miembro del organigrama. Finalmente, sólo los cargos ocupados por los representantes de los impositores o los empleados pueden presentar alguna independencia respecto del poder político. Por último, sí hemos marcado en rojo la presencia específica del poder decisorio del Presidente del Gobierno en cada órgano. El resultado habla por sí mismo.
Esperamos que este esquema les haya ayudado a entender tanto la importancia de la decisión de Miguel Sanz de separar la Presidencia del Gobierno de la de la CAN, como la estrecha dependencia de los órganos de la CAN con la mayoría política que pueda formarse en el Parlamento. Esto no quiere decir que las personas que ocupan actualmente un puesto en el organigrama de la CAN no puedan haber sido elegidas por su capacidad profesional y valía personal. Pero que el criterio de elección sea ése u otro depende sólo de la buena voluntad del poder político. Si la presidencia de la CAN la ostenta automáticamente el Presidente de la Comunidad Foral de Navarra, en el Consejo General de Caja Navarra también encontramos a García Adanero, José Andrés Burguete, Roberto Jiménez o Miguel Nuin. Sólo el esperpento que la caracteriza evitó la presencia de Nabai a través de Maiorga Ramírez. En cualquier caso, el Parlamento está detrás de casi todos los nombramientos. Lo sucedido en Caja Castilla La Mancha muestra hasta qué punto es saludable que exista una separación entre las cajas y la política. Y esa separación no puede quedar al albur de los políticos sino que sería deseable que se garantizara como parte integrante del sistema.