Por llevar la contraria a los analistas de izquierda, diremos que las elecciones de Castilla-León no han sido unos comicios marcados por la aparición de los nuevos partidos locales. Este es el análisis resultante cuando es lo único que tus ojos soportan ver. La realidad es que estos partidillos no suman ni para que el PP intente una extravagancia, desde luego no le han dado la victoria a la izquierda y sus porcentajes de voto han resultado bastante irrisorios. La Unión del Pueblo Leonés ha obtenido 3 escaños de 81 y el 4,3% de los votos. De ahí bajamos a Soria Ya que también tiene 3 escaños, pero con sólo el 1,5% de los votos, y a Por Avila que tiene otro diputado y un 1,5% de votos. España Vaciada ha obtenido un 1,6% de los votos y ningún diputado. Esto que les parece tan extraordinario a los analistas que no quieren hablar del éxito de la derecha en realidad es un petardo electoral de la izquierda que le ha estallado en la cara a la propia izquierda. A primera vista y a la luz de los resultados todos estos partidos no han hecho otra cosa que restarle votos y diputados a la izquierda. La operación “España vaciada” se ha convertido en la izquierda vaciada. Si estos partidos tienen alguna proyección (o interesa su persistencia), o podrían coaligarse para maximizar sus resultados, sería una cuestión que corresponde al incierto futuro, no al análisis de lo sucedido ayer.
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Señalado todo lo anterior, lo que sí ha marcado los comicios de ayer en Castilla y León es el triunfo electoral del centro-derecha, y dentro de este triunfo no hay forma de ocultar el gran resultado de VOX, tanto en términos cuantitativos (De 1 a 13 diputados, del 5,5% al 17,7%) como en términos cualitativos: será determinante para que el centro-derecha pueda gobernar.
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Aunque el voto de los castellanoleoneses convirtió ayer a VOX en una fuerza determinante para que el centro derecha pueda gobernar, lo cierto es que el PP tiene al menos un par de alternativas a un gobierno con VOX. La primera es repetir elecciones, tal como se ha publicado antes del recuento que se apuntaba desde Génova. De hecho, a la vista de los resultados de ayer y de conformidad con esta supuesta estrategia de marginar a VOX, lo que tocaría sería una repetición electoral. Se trata de una alternativa bastante desquiciada pero nunca se puede subestimar el desquiciamiento de algunos políticos. La otra posibilidad, hablando de desquiciamiento, es que el PP busque el apoyo del PSOE y Podemos, planteándoles la disyuntiva de que si no quieren un gobierno con VOX apoyen uno del PP. La pregunta es si esto es lo que quiere esa mayoría electoral que le ha dado la rotunda victoria al centro-derecha en Castilla León. Parafraseando a Gladiator, todas las tonterías que pudiera hacer ahora el PP en Castilla-León tendrían su eco a escala nacional en la eternidad. O en la disolución, palabra que viene a cuento del resultado de Ciudadanos, que sólo ha obtenido 1 diputado.
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La disolución en la nada de Ciudadanos es una buena noticia para el centro-derecha porque es imposible derrotar a la izquierda fragmentado en tres pedazos. Con sólo dos pedazos la historia es distinta. Qué pedazo era el que tenía que desaparecer ya lo ha decidido el electorado de centro-derecha y es el pedazo de Ciudadanos. Suicidarse políticamente es que la derecha haga lo que le dice la izquierda. La izquierda le dijo a Ciudadanos que o se despegaba de la derecha o se suicidaba. Entonces llegó Murcia y ahora la nada. La izquierda le ordena al PP que no pacte con VOX o se suicida. Evidentemente el PSOE quiere o que gobierne siempre el PSOE o que, cuando no gobierne el PSOE, al menos el PP tenga que depender siempre del PSOE para gobernar. Eso es lo que quiere el PSOE, no el votante de centro-derecha del cual se nutre electoralmente el PP. Por lo demás sería absurdo que el PP se negara a pactar con VOX mientras Pedro Sánchez, para pasar una noche más en Moncloa, lo mismo pacta con los comunistas, que con Bildu que con los golpistas del prusés.
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El PP ha pasado de tener el 31,5% de los votos en 2019 a tener el 31,4%, aunque de 29 diputados ha pasado a tener 31. Este resultado, en realidad este pequeño retroceso en porcentaje, lo obtiene al mismo tiempo que Ciudadanos pasa del 15% de los votos al 4,5%. Es decir, ha habido un desplazamiento de casi el 11% del voto pero se ha ido integramente a VOX. Esto no quiere decir necesariamente que todos los votantes de Ciudadanos se hayan pasado a VOX, sino que el número de votantes del PP que se han pasado a VOX coincide con el de votantes de Ciudadanos que se han pasado al PP. Es por esto que el PP gana por un lado lo que pierde por otro quedándose igual, Ciudadanos desaparece (casi) y VOX se dispara al 17%, subiendo 12,2 puntos. Casado, significativamente, no dio señales de vida ayer. No todo lo que se celebra es una victoria, pero lo que no se celebra no es una victoria. En conjunto, el centro-derecha ha pasado del 51,98% de 2019 al 53,56% de 2022, a lo que a lo mejor habría que sumar algún votante despistado cuya papeleta se haya desviado hacia la izquierda vaciada.
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¡Tezanos lo consiguió!
Todos los resultados están fuera de las horquillas que estimó el CIS.
Es como sacar 0 en una quiniela de 15. Una proeza.PP: 31 (horquilla 24-30)
PSOE: 28 (horquilla 29-34)
VOX: 13 (horquilla 8-9)
Cs: 1 (horquilla 2-5)
Unidas Podemos: 1 (horquilla 2-4).— Jorge Calero (@JorgeCalero1) February 13, 2022
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El resultado no sólo aritmético, sino políticamente lógico, y el que pide la sociedad con unos resultados electorales claros, es un acuerdo entre el PP y VOX. Sería surrealista y políticamente suicida que Mañueco convocara elecciones para, supuestamente, quitarse de socio a Ciudadanos y acabar de socio con el PSOE y Podemos. El mensaje del PP a su propio electorado mediante una maniobra como esa sería estupendo para los intereses electorales de VOX, pero catastrófico para España.
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Desde el punto de vista de VOX, Abascal fue claro durante la campaña electoral, ya que expresamente pidió que nadie le votara esperando que le fuera a extender un cheque en blanco al PP. O sea, que ahora no sólo es que VOX tiene la legitimidad para no regalar su voto al PP a cambio de nada, sino que tiene la exigencia electoral de no hacerlo. No es VOX el que tendría que explicar a su electorado por qué no apoya sin contrapartidas a un gobierno del PP. Es el PP el que tendría que explicar a su electorado por qué se negaba a pactar con VOX. No es VOX el que se niega a entrar en un gobierno con el PP, es el PP el que a lo mejor (si se vuelve tarumba) puede negarse a formar gobierno con VOX. Es el PP el que tendría que ver cómo le explica eso a sus votantes, o que la izquierda pueda pactar lo que quiera con quien quiera y al precio que quiera pero la derecha no pueda pactar ni entre sus familias, y que es mejor o que gobierne siempre el PSOE, o que sólo pueda haber gobiernos condicionados por el PSOE, a que pueda gobernar sólo el centro-derecha con sus ideas y sus valores. Desde luego lo que dijo ayer la sociedad en Castilla y León, bajo la atenta mirada de todo el resto de España, es otra cosa. Y esa otra cosa la dijo de forma rotunda.
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3 respuestas
PP, el voto inutil
La próxima integración de Cs en el PP le proporcionará al PP la subida necesaria por los restos de la Ley DHont quitándoselos al PSOE. Entre PP y VOX sumarán no sólo mayorías parlamentarias, sino mayorías sociales mayores del 50% en muchas provincias.
ya, el problema es que ahora se va a ver hasta donde va a llegar la cerrilidad masónica del pp con casado a la cabeza para ningunear a sus antiguos votantes.
El PP está en empate técnico con VOX en las GENERALES, y a este paso será superado. Pero claro, igual en el pp no manda casado sino los lobbies internacionales