Primero la crisis, y encima la ETA.
Al parecer, la banda terrorista carece de preparación y datos adecuados para estar al día de la situación económica de algunas de sus víctimas. La semana pasada, el secretario de estado de Hacienda declaraba que, durante los dos primeros meses del año, la crisis inmobiliaria y el precio del petróleo habían reducido en un 27,5% el superávit del estado. Algunas voces agoreras se alzan ya, de hecho, cuestionando todas las previsiones económicas sobre las que se sustentan los actuales Presupuestos Generales del Estado. Por la misma razón, parece que las cuentas de ETA van a seguir el mismo camino. Y es que los problemas de solvencia afectan lo mismo a las personas tanto si están en las listas de extorsión de ETA como si no.