El mecanismo es sencillo. Como usted ya estará advertido o se lo recordarán a la entrada, cuente al hacer la compra con añadir algo al carro para el banco de alimentos. Tras pasar por caja, tendrá usted un carro lleno para usted y los suyos pero también una lata de lentejas y una barra de chocolate (es un decir) para el banco de alimentos.
Se trata de otra tradicional iniciativa que se suma a la que ya les contábamos ayer en la Universidad de Navarra. Este año, sin embargo, la necesidad es más acuciante por culpa de la crisis. Una crisis de la que de poco sirve hablar mucho si al menos no es útil para sacar más de nosotros mismos.