El Tribunal Administrativo de Navarra ha estimado un recurso presentado por UPN confirmando de esta manera que Asirón se saltó la ley al ceder el edificio Antzara a entidades afines al cuatripartito, para su utilización como gaztetxe en Mendillorri. El TAN califica la decisión del gobierno municipal como “contraria al ordenamiento jurídico”.
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En su argumentación, el Tribunal explica que “no existe convenio de colaboración ajustado a la Ordenanza de uso y funcionamiento de los Centros Comunitarios de Iniciativas Sociales”, y que la cesión del uso del centro “se ha realizado ignorando las disposiciones municipales aplicables y por una vía de hecho hemos de declarar no ajustada al ordenamiento jurídico”.
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El Palacio Redín-Cruzat y otros, en la misma tesitura
El portavoz de UPN, Enrique Maya, ha calificado la resolución como “demoledora y muy clarificadora sobre cómo actúan Asirón y el resto del cuatripartito” y ha recordado que sigue pendiente otro recurso del Grupo Municipal sobre la cesión del Palacio Redín y Cruzat, que se llevó a cabo de una forma muy similar a la de Antzar”. Podrían añadirse también a la lista de casos similares, en cuanto a inmuebles públicos perdidos de uno u otro modo a favor de colectivos afines al cuatripartito, Rozalejo, la nave de la Rochapea o el Chalé de Caparroso.
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Uso exclusivo para colectivos afines al cuatripartito
Las actividades que se realizan en todos estos centros son diversas, pero todas ellos siempre se realizan dentro de un determinado marco ideológico, ya sean exposiciones donde se mezcla el nazismo con las Javieradas o actos con el rapero Valtonyc. Obivamente sería impensable que en uno de estos centros se organizara una charla sobre los horrores del comunismo, los crímenes del bando republicano en la Guerra Civil, la represión chavista en Venezuela, contra el aborto, o en apoyo a las víctimas de ETA. Las actividades que se realizan (por más que se intercale un curso de zumba o similar), el tipo de colectivos que los utilizan y la cartelería e iconografía que inunda las paredes, deja poco lugar a dudas sobre la politización absoluta de todos esos centros y su disfrute exclusivo por colectivos afines al cuatripartito. Un disfrute que además incluye situaciones molestas para los vecinos y hasta peligrosas (recordemos el Madrid Arena), como la venta irregular de alcohol y la celebración de conciertos sin control.
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El “gaztetxe” de Mendillorri costó 315.000 euros
Interesa llegados a estas alturas cuantificar el grado de corrupción que se oculta tras estas adjudicaciones irregulares en favor de colectivos afines. En concreto, el coste del edificio Antzara de Mendillorri, cuya adjudicación acaba de calificar el TAN como irregular, fue de 315.000 euros. Es decir, en el fondo nos encontramos con un regalo, pagado con el dinero público, a una serie de colectivos afines al que reparte el dinero. Casi podría decirse que el cuatripartito utiliza 315.000 euros del dinero de todos para invertirlo en propaganda, publicidad y adoctrinamiento, particularmente dirigidos a la juventud. ¿Cómo llama a eso si además se hace fuera del marco regulatorio? ¿Por qué no corrupción? Además de los 315.000 euros del edificio, los presupuestos contemplan casi otro millón de euros para la «dinamización comunitaria«. Es decir, para por ejemplo pagar todavía más a esos colectivos por cosas que ocurren en ése u otros edificios.
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El proyecto del gaztetxe de Mendillorri lo hizo el despacho del hermano de Uxue Barcos
Para poner la guinda a todo este episodio de adjudicaciones irregulares a colectivos afines, nos encontramos además con un detalle curioso. El centro o gaztetxe de Mendillori de 315.000 euros que el TAN ha considerado irregularmente adjudicado a sus actuales usuarios, resulta que casualmente es otra de esas adjudicaciones legales, éticas y estéticas al hermano de Uxue Barcos, ya que el proyecto se adjudicó a la firma de arquitectos ByE, o sea el despacho de Javier Barcos Berruezo y Manuel Enríquez, siendo el primero el hermano de Uxue Barcos. Aunque la cesión del edificio ha sido irregular, obviamente eso no implica que el encargo al hermano de Barcos también lo fuera. Eso sí, cabe preguntar en el fondo para qué necesitaba Mendillorri ese edificio. Si no existiera el edificio, los contribuyentes se habrían ahorrado 315.000 euros y los únicos perjudicados serían una serie de colectivos afines a Bildu y Podemos y el hermano de Uxue Barcos.
Un comentario
Efectivamente, se trata de corrupción, y mucho más grave que la más comentada en los medios, pues además de económica, es corrupción política y social que infiltran preferentemente en la juventud.