La catástrofe de Iberdrola para los navarros

Corría el año 2005 cuando el gobierno de Navarra, a través de Sodena, decidió comprar un 1% de Iberdrola con el dinero de todos los navarros. La operación adquirió tintes surrealistas desde el primer momento, con un gobierno de centro derecha utilizando el dinero público para comprar acciones de empresas privadas y la oposición comunista criticándolo. Hay que decir a favor del gobierno de Navarra que, desde hace bastantes años, lo insólito viene resultando normal hasta hace sólo cinco minutos. En conjunto, sumando el coste de adquisición de las acciones, el coste de un seguro de cobertura que se contrato durante los primeros años y los intereses del préstamo, y restando por otro los dividendos, tenemos pérdidas que a fecha de ayer superaban los 53 millones de euros.

Suspenso para el gobierno de Navarra como inversor/especulador

La propia compra de las acciones por parte del gobierno merece un suspenso de partida por un error de concepto. El gobierno no está para invertir en bolsa. Si al gobierno le sobra dinero para invertir en bolsa, lo que tiene que hacer es amortizar deuda o bajar los impuestos. Ninguna de las dos cosas nos hubiera venido nada mal en estos momentos. Pero si la compra de las acciones parte de un grave error de concepto sobre las atribuciones razonables del gobierno, a esto hay que sumar otro claro suspenso respecto al criterio inversor o especulador del gobierno.

El empecinamiento en el mal

Cierto es que una vez dentro de una inversión bursátil puede resultar muy difícil encontrar la salida. Sin embargo, la conveniencia de persistir en la inversión fue cuestionada desde el inicio de la crisis por los partidos políticos, los medios e incluso la mayoría del Parlamento. El 14 de febrero del 2008 desde estas mismas páginas se proponía un debate sobre si invertir en bolsa era en absoluto un papel razonable del gobierno. Apenas unos días después, el 28 de febrero, el Parlamento aprobaba por unanimidad (incluyendo por tanto a los partidos que sustentaban el gobierno) una resolución instando al ejecutivo a que ordenara la venta del 1% de Iberdrola, propiedad de la empresa pública Sodena, “cuando la situación del mercado sea propicia, es decir, cuando no suponga una pérdida económica respecto al capital invertido”. Aquella resolución se aprobó cuando la acción de Iberdrola superaba los 10 euros y todavía hubiera podido suponer un beneficio. El gobierno desoyó al Parlamento, se empecinó en el error y a fecha de hoy todos los navarros seguimos pillados en una acción que ayer cerró a 3,3 euros.

En marzo del 2011 el Parlamento de Navarra, con los votos a favor de todos los grupos excepto UPN, volvió a aprobar una resolución pidiendo al gobierno foral que vendiera de una vez su participación en Iberdrola, en ese momento la acción cotizaba en torno a los 6 euros. Se demuestra con todo esto que, al igual que el resto del mundo, el gobierno de Navarra no tiene ni idea de lo que va a hacer mañana la bolsa. No hace falta ningún otro argumento más para concluir que en el futuro el gobierno se tiene que dedicar a otras cosas.