La Cámara de Comptos es una institución pública peculiar de Navarra cuya función, precisamente, es fiscalizar la gestión pública. La labor de la Cámara de Comptos, por consiguiente, implica un elevado nivel de confianza en la autofiscalización, tanto porque implica la fiscalización del sector público sobre el propio sector público, como porque el presidente de la Cámara lo nombra por mayoría el Parlamento de Navarra o porque también es la mayoría del Parlamento la que puede decidir los informes que se encargan o no se encargan a la Cámara.
El presupuesto de la Cámara de Comptos
Como se indicaba anteriormente, la Cámara de Comptos es una particularidad navarra que, según los Presupuestos de Navarra, cuesta anualmente 2,87 millones de euros. Cada uno de los 36 informes elaborados en el año 2010, por tanto, nos cuesta a los navarros unos 79.722 euros en promedio. No todas las comunidades autónomas cuentan con un organismo semejante, sino que encargan la fiscalización de sus cuentas a auditoras privadas. La pregunta, en consecuencia, podría ser si contratar a una auditora privada resultaría más barato que los 2,87 millones de euros que nos cuestan los informes de Comptos. Otra pregunta comprometida podría ser si una auditora privada hubiera llegado a las mismas conclusiones que Comptos en sus últimos informes. Puede que las respuestas no las tengamos nunca porque, como suele decirse, ¿quién es la policía de la policía?
Privado vs público
Más allá de los informes teóricos, es un hecho de experiencia que lo privado, con carácter general e internacional, es mejor y más barato que lo público. La razón es sencilla: ¿por qué tendría que ser mejor y más barato lo público? ¿Compite con alguien? ¿Depende de sus ventas? ¿Obtienen algún beneficio sus gestores o sus empleados por ser mejores y más baratos? ¿Algún castigo por lo menos? Un ejemplo clamoroso en España, a falta de un informe de Comptos, es el de las televisiones públicas frente a las televisiones privadas. Realmente el concepto de error o fracaso en la gestión no existe, cuando se gestiona el dinero de otro. Sólo los gastos de personal suponen un tercio de los presupuestos forales, en una economía en la que la práctica totalidad de los funcionarios cobran más que los empleados que realizan trabajos equivalentes en el sector privado.
En beneficio de los contribuyentes y usuarios: que lo haga quien a igual calidad lo ofrezca más barato
En todo caso, parece que los informes de Comptos han centrado el debate sobre lo público y lo privado en si al estado le sale más barato ofrecer un servicio por sí mismo que externalizándolo a través del sector privado. En coherencia con este criterio de doble filo, es posible que se esté creando un deseable consenso respecto a que habrá que cuestionar cualquier servicio público que puede resultar más barato externalizándolo. Tal vez incluso, si procede, el propio servicio que ofrece Comptos.
5 respuestas
La camara de Comptos tiene el mismo papel que el Tribunal de Cuentas del Estado. Como él, es un órgano fundamental para censurar las cuentas públicas. NO solo de la administraión foral, sino de las administraciones locales.
Sus dictámenes, al margen de ser perfectibles como todo, tienen el valor de ser objetivos (sus funcionarios cobran independientemente de si sus informes gustan más o menos al Ejecutivo, Parlamento o Ayuntamientos examinados). Además, tiene en valor de someter las decisiones políticas en el gasto o inversión, a un criterio de eficacia, diligencia y eficiencia al menos razonado y estudiado. Nos sirve para conocer mucha cosas de otra forma inextricables aún para la acción parlamentaria, y para saber si la gestión que hace la Administraión es más o menos acertada.
Hace unos meses publicaron Uds interesantes articulos sobre «ayuntamientos tóxicos» y la fuente d elos datos fue, supongo, los informes de la Cámara de Comptos.
Naturalemente que estos informes podrían ser encargados a auditoras privadas, pero saben qué? Me fío mucho menos de esas auditoras, precisamente porque están contratadas por la administración, de modo que tenderán por motivos comprensibles a hacer informes que laven la cara antes de enfrentarse a su cliente y quedarse sin contrata, porque los Auditores tienen la manía de cobrar por sus informes (y no poco dinero, precisamente). Recuerden que los Ruiz Mateos auditaron sus sociedades (que están en quiebra) y que también se auditó Banesto con roesultado aprobatorio, y también auditaron los norteamericanos la gigantesca ENRON, una de las mayores quiebras de los EEUU (65000 millones) aunque no fue nada, claro, comparando con los 951000 millones de LEHMAN BROTHERS, cuyas titulizaciones hasta el día anterior, tenían la triple A otorgada por las muy privadas agencias de calificación de riesgo.
Así que morigeren su fe en las entidades privadas como «mejores y más baratas y eficaces», porque no lo son todas, ni siempre. En principio, el que audita a un desdichado en quiebra, será objeto de escrupulosa, reglamentada y exahustiva inspección, pero la auditoría del Poder, queridos amigos, se resiste a ingenuidades del tipo que Uds. defienden.
Querido Spurgus: Suscribo plenamente lo que Ud. ha expuesto con gran claridad y tan buen razonamiento. Me gustaría añadir, por que lo concozco, que la cualificación profesional de los técnicos de la Cámara de Comptos es indudable y su independencia fuera de todad duda. El problema, en este medio, no es el debate público-privado. Es, que hace un més, más o menós, los costes que facturaba la Clínica Universitaria por los conciertos no salieron muy bien parados. Salu2
Suscribo completamente las palabras de spurgus y doy fe de la profesionalidad de los miembros de la Cámara de Comptos. Los argumentos que maneja la noticia, además de ser hábilmente sofistas, no son sostenibles ya que, en una argumentación ad absurdum, podríamos privatizar el Gobierno de Navarra -o parte de él- y poner, por ejemplo, a una empresa para que dirija la Hacienda Foral. La fiscalización de las cuentas públicas sólo puede ser llevada a cabo por una entidad pública, sea el Tribunal de Cuentas, sea la Cámara de Comptos, y me temo que la «privatización» choca con nuestras dos normas básicas: La Constitución y el Amejoramiento.
Por otro lado, se olvida que no sólo realiza una función fiscalizadora ex post (la ex ante es realizada por la Intervencion) sino que también asume funciones enjuiciadores en caso de infracciones de alcance y reintegro. ¿También las privatizamos? O no se han dado cuenta que la Cámara de Comptos realiza muchas más cosas que informes y que, además, en su Ley reguladora está ya prevista, como en el Estado, la posibilidad de «externalizar» determinados servicios o auditorías y que se ha hecho uso de ello en alguna ocasión.
Caballeros, pues yo discrepo de todos ustedes.
Por ejemplo, si decimos que la Cámara de Comptos es tan útil como el Tribunal de Cuentas, me parece un gran argumento…¡contra la Cámara de Comptos!
Tampoco admito que los funcionarios sean muy competentes y maravillosos y los trabajadores del sector privado no lo sean. Creo más bien todo lo contrario.
Corríganme si me equivoco, pero hay comunidades que no tienen un órgano equivalente a la Cámara de Comptos. Si una auditoría privada tampoco serviría para nada, que puede ser, entonces nos ahorramos Comptos y la auditoría.
Quien tiene que fiscalizar al gobierno es la oposición. O ya puestos la justicia. No un organismo dirigido por alguien nombrado por el gobierno. Esto sólo puede funcionar medianamente mientras gobierne la derecha, que es así de estupenda. Lo que no espero nunca es al sector público fallando contra sí mismo.
Por último, fíjense ustedes de lo que ha servido el Tribunal de Cuentas o cualquier otro resorte público para evitar la quiebra del estado, el expolio político de las cajas de ahorro, la corrupción general o la financiación irregular de los partidos políticos. O la Cámara de Comptos para evitar el escándalo de las dietas de la CAN, los relojitos, el circuito de Los Arcos, el nuevo aeropuerto, el agujero de 600 millones en los presupuestos. Etc, etc, etc. Y si la CdC no está para eso, es que está para casi nada.
Estoy un poco de acuerdo con s-s en que concertar con la cun igual no sale rentable porque la cun es carísima, aunque habría que ver los términos concretos del concierto. Pero lo que no me creo en absoluto es que lo público sea en general más barato que lo privado. Para hacer lo que hace una plantilla en una empresa privada hacen falta el doble de funcionarios cobrando el doble. Si Comptos sale diciendo sistemáticamente lo contrario de lo que yo observo en mi experiencia cotidiana, entonces empiezo a desconfiar de Comptos. Así de claro.
Por cierto, corríjanme cuando digo «corríganme». Disculpas.