Se cumple un año del plan de “amabilización” del Centro y el Ayuntamiento de Pamplona y los terminales mediáticos del cuatripartito, como no podían ser menos, consideran que el balance ha sido glorioso, ¿cabía alguna duda al respecto?
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Uno de los indicadores deslizados para justificar el éxito de la amabilización es el que se refiere al balance de altas y bajas en el pago del Impuesto de Actividades Económicas, el cual en el Casco Viejo presentó un balance negativo en 2015 (-23), 2016 (-6) y 2017 (-6), pero positivo en 2018 (+60 hasta abril), según los datos publicados por Diario de Navarra citando como fuente Policía Municipal.
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En lo que se refiere al Ensanche, el balance fue negativo en 2015 (-97) y 2016 (-50), pero positivo en 2017 (+52) y 2018 (+91).
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Las asociaciones de comerciantes del Casco Antiguo y el Ensanche, sin embargo, discrepan totalmente de la optimista valoración del Ayuntamiento así como de las conclusiones de los datos ofrecidos.
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Para estas asociaciones, en primer lugar, el Impuesto de Actividades Económicas (IAE) no es un indicador válido en absoluto para medir el impacto de la amabilización sobre el comercio. La razón es que el IAE incluye cualquier despacho profesional, como el de un abogado, la consulta de un dentista, o un sólo establecimiento hotelero que solicite varias licencias para cosas diferentes. Más aún, Navarra y Pamplona son una rareza a escala nacional en virtud de la cual hasta los autónomos tienen que darse de alta en el IAE y pagar un impuestos aunque trabajen en su casa y el ayuntamiento no les preste ningún servicio. Utilizar el IAE para medir el impacto sobre el comercio parece por tanto un recurso extravagente cuando un mero crecimiento de los autónomos o los despachos profesionales, en auge durante una recuperación económica como la que atravesamos, puede estar encubriendo un desplome en los comercios a pie de calle.
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En este sentido, según las cuentas de las asociaciones de comerciantes, desde que se puso en marcha la “amabilización” el 4 de septiembre del año pasado en el Casco Viejo hay 60 establecimientos que han bajado la persiana frente a sólo 35 aperturas. El dato resulta particularmente significativo porque antes de esa fecha, durante el primer semestre de 2017, en el Casco Viejo se habían abierto 40 establecimientos frente a sólo 20 cierres, por lo que parece percibirse a partir de la amabilización un claro cambio de tendencia. Es por ello que los comerciantes reclaman, frente a las cifras ostentadas por el Ayuntamiento, un estudio específico sobre el impacto de la “amabilización” en el comercio.
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Otras cifras negativas que aportan los comerciantes es que las ventas han disminuido un 60% en las zonas más afectadas, aquellas en las que el aparcamiento ha quedado reservado en exclusiva a los residentes. Los comerciantes, además, denuncian una bajada del 10% en el número de viandantes durante el verano en el Casco Viejo, un descenso que aumenta hasta el 18% en el Ensanche.
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Un comentario
¿La fuente?
Asias….