ETA obliga a sus presos a rechazar el acercamiento.
La verdad, sin embargo, es que la propia ETA obliga a sus presos a rechazar los beneficios penitenciarios, entre ellos el acercamiento a su lugar de residencia. El pasado domingo, Gara publicaba en portada un comunicado del Colectivo de Presos Políticos Vascos (EPPK), compuesto por los presos no arrepentidos de la banda y sometidos a sus directrices. En dicho comunicado, después de denunciarse la dispersión, paradójicamente se exigía “que se dejen de seguir tocando las puertas de las prisiones y ofrecer beneficios penitenciarios que persiguen el arrepentimiento”. La tutela de ETA sobre los presos para obligarlos a renunciar a su acercamiento aún se pone más claro de manifiesto cuando se establece que “si quieren algo de los presos, que acudan a los portavoces e interlocutores del Colectivo”.