No somos partidarios de que el gobierno resuelva problemas que podamos resolver por nosotros mismos los ciudadanos. Tras décadas y décadas de delegar nuestros deberes en el estado, es probable que nos cueste algún tiempo asumir nuestras responsabilidades. En todo caso, parece evidente que el estado cada vez tiene más problemas para resolver las cuestiones que le habíamos delegado. Uno de los capítulos más sangrantes de esta crisis es el aumento de personas en situación de necesidad extrema y, por parte de la sociedad civil, una respuesta ante esto es la actividad de Cáritas Diocesana. Según la Memoria del 2009 de esta organización en Navarra, el número de personas atendidas se incrementó un 99% respecto al 2008. Esto supone que Cáritas ya en 2009 tuvo que atender en nuestra comunidad a 14.828 personas incluyendo esta ayuda el reparto de comida y ropa, el alojamiento y acogida, la atención a ancianos, etc. La situación es probable que haya empeorado durante el año pasado. El siguiente cuadro puede ayudarnos a comprender la magnitud de la labor de una organización como Cáritas.
Si pensamos que la sociedad civil debe movilizarse para resolver problemas al margen del estado, desde una perspectiva cristiana el enfoque resulta mucho más acuciante todavía. Los Evangelios hablan de que quien tenga dos túnicas, si quiere matrícula de honor, debe conformarse con una, vender la otra y dar el dinero a los pobres. No obstante, para quien no se atreva con la excelencia, existe un amplio rango entre quedarse con lo puesto y no ayudar absolutamente nada. Ante una situación de crisis tan profunda, en unas fechas tan señaladas, y completando la información anterior, incluimos como colofón un enlace a la web de Cáritas en donde se detallan las cuentas a las que puede realizarse una transferencia. La web también incluye la posibilidad online de realizar un donativo.
2 respuestas
Pues, como bien indican, en el final de la noticia, creo que, mientras el Estado, las Comunidades y/o los Ayuntamientos no solucionen los problemas de los más necesitados, hay dos fórmulas que practico, modestamente en la cuantía:
a) Efectuar donativos a Caritas (y también a la Cruz Roja).
b) Donar la ropa que, por diversas razones, no necesito (especialmente la infantil-juvenil) a mi parroquia, aunque he de reconocer que son un poco lentos y pejigueros en cuanto a la recogida (la discusión es sobre quien la lleva, pero bueno pelillos a la mar).
En todo caso, advierto contra un timo capuchino consistente en colocar en los portales un letrero diciendo que tal día recogen ropa usada. Esa misma ropa usada no va a los más necesitados sino que es un negocio asqueroso y se vende los fines de semana en mercadillos de Barañáin.
Para ese viaje, es mejor acudir a servicios sociales del ayuntamiento, a Cáritas, Cruz Roja e instituciones similares.
En mercadillos de Barañáin, de Vallecas, de Algeciras, de Ceuta y, sobre todo, de Tánger. Un negocio muy lucrativo además.