Las nieves de este invierno, más las copiosas lluvias de la última semana, al igual que en 2003 y 2007 podrían haber provocado graves inundaciones en la cuenca navarra del Ebro. En este sentido, junto a los diques de contención, resulta vital la labor de contención que efectúan los pantanos. Así, respecto a la crecida del Ebro, la Confederación Hidrográfica del Ebro ha explicado que la acción de los distintos embalses de la cuenca ha permitido una reducción de los caudales máximos aguas abajo de los mismos ya que, en lo que se denomina acción de laminación, permanecieron cerrados durante los días de riesgo sin realizar vertidos.
La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) estimó las pérdidas en el Valle del Ebro por las inundaciones del año 2003 en 32 millones de euros. Las pérdidas en el año 2007 añadieron al menos otros 30 millones de euros.
A todas estas pérdidas evitadas por los pantanos se suma una preciosa y abundante reserva de agua para tiempos más secos.
Antes que repartir el agua, mejor inundarse.
Visto con cierta perspectiva, no sólo llaman la atención las imprecaciones apocalípticas del nacionalismo vasco y la propia ETA contra Itoiz o Yesa, ahora demostradas falsas, ruinosas y esperpénticas. También otras más progresistas como aquellas contra el reparto del agua sobrante. En vez de embalsar y trasvasar el agua dulce, se pensó que era mucho más caro y progresista verter antes el agua al mar, para así tener que volver a cogerla después teniendo que desalarla. Los pantanos navarros, mientras tanto, seguirán vertiendo agua al mar a partir de ahora estando casi llenos, con el invierno y la primavera por delante.
Un comentario
Bueno, Guerrero… es verdad… cómo nos afanamos por clasificar al personal. Pero también me parece tendencioso decir que quien se opone a un pantano es nacionalista vasco… (como los aragoneses de la asociación río aragón que se oponen al recrecimiento de yesa, tienen una web francamente -con perdón- interesante.- http://www.yesano.com/entrada.htm). La cosa es no entretenerse en entender al otro: lo etiquetamos de maligno, le ponemos la foto de la bicha de cada cual, y ya está… así «semos» los humanos.
Tenemos miedo, un miedo atroz a enfrentar nuestras ideas a la contradicción, a la lógica, a las pruebas (no hablo de nada ni nadie en concreto, filosofo, que me mola más). Lo que pasa es que además los españoles nunca concluímos una pugna… defenderemos nuestras razones hasta después deldía siguente del juicio final. Y ese nunca cesar tan quijotesco, nos perjudica, porque en sociedad, hay que defender el interés y derecho legítimo. Pero una vez decidido, la cuestión ha de concluir. Y por eso pasa lo que pasa, en el mundo y en nuestra querida patria…