En el día de ayer las redes sociales asistieron bastante atónitas a un curioso señalamiento. Quien en su día actuara como portavoz de Amaiur 1512-2012 Nafarroa Bizirik!, Gaizka Aranguren, subía una foto a su cuenta de Twitter lamentando que en los envases de las cajas de leche de Kaiku se distinguiera entre el País Vasco y Navarra. Este hecho desencadenó el consiguiente y lógico revuelo, máxime cuando la estricta literalidad de la frase del envase resulta poco reprochable desde cualquier punto de vista.
Curiosamente no es la primera vez que Kaiku parece encontrarse en el punto de mira del nacionalismo. Los problemas con Kaiku acaso comenzaron en 2009 cuando un paquete importante de acciones de Iparlat, la empresa matriz de Kaiku con presencia del gobierno vasco, fue vendido a la empresa suiza Emmi.
En 2012 se cargó contra Kaiku porque supuestamente esta había denunciado a otra empresa láctea, Euskal Herria Esnea, por rotular sólo en euskera. Kaiku tuvo que emitir un comunicado desmintiendo la noticia y reafirmando su compromiso con «nuestra propia cultura y su máxima expresión que es el euskera». Kaiku subrayaba también en la nota que «el papel de apoyo al euskera desempeñado por Kaiku se ha puesto de manifiesto siempre a lo largo de toda su historia. Ahí esta la utilización del euskera en el etiquetado de sus productos y el apoyo continuado desde siempre a las Ikastolas y a los eventos que promueven la cultura y la lengua vasca». A decir verdad, ni siquiera conocemos las entretelas de kaiku como descartar que toda esta disputa tenga lugar entre los propios nacionalistas.
Al margen de los tintes surrealistas de toda la noticia en ella encontramos algunos elementos preocupantes y recurrentes, como el señalamiento de una marca por razones ideológicas o la eliminación de la distinción entre Navarra y la CAV antes y al margen de que así lo quisieran los navarros.
Seguramente se piensa que, cuando lo uno no lleva a lo otro, tal vez se pueda invertir el sentido del proceso e intentar que lo otro lleve a lo uno. Eso sí, faltando al respeto a la mayoría de los navarros.
Obviamente este tipo de obsesiones e imposiciones son susceptibles de generar como reacción un comprensible rechazo en buena parte de la sociedad navarra, que enturbie las relaciones entre vecinos o la percepción de lo vasco y el euskera. Naturalmente no será el nacionalismo vasco o los promotores de todo este tipo de señalamientos quienes asuman su enorme responsabilidad en este hecho.
Leches en la anexión a la CAV
Finalmente, no deja de ser paradójico que quien por un lado actúa como portavoz de una plataforma obsesionada con la unión de 1512, cuya punta de lanza fueron las tropas de la CAV, al mismo tiempo ansíe de una forma tan visible que 500 años después Navarra se disuelva en la CAV. Qué forma más extraña de defender la independencia de Navarra. O igual es que siempre se trató de defender otra cosa desde esa plataforma.
16 respuestas
por cierto beltxa,me alegro que hayas reconocido que nuestro MIIIIIIILEEEEENAAAAARIIIIOOOO REYNO DE NAVARRA,es MIIIIIILEEEEENAAAAAARIIIIIOOOOOO, y que MILENARIO quiere decir MAS DE MIL jajaja,espero que hayas dormido bien,pese a tus ardores de estomago,al verificar los MAS de MIL AÑOS de nuestro MILENARIO REYNO DE NAVARRA….