Es una lata esto de que ante el juez nadie reconozca que es un malvado. De este modo, hasta Junqueras se presenta ante la Justicia asegurando que es un “hombre de paz”. Lo de ser un hombre de paz, no obstante, se encuentra un tanto devaluado. Basta con googlear las palabras mágicas y básicamente nos encontramos con referencias a Otegui y en el día de hoy al propio Junqueras. ¿Pero es cierto en algún sentido que Junqueras es un hombre de paz o todo lo contrario?
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Hemos tenido mucha suerte con todo lo sucedido en Cataluña de que no se haya producido un estallido social y tampoco hayamos tenido muertos. Junqueras y Puigdemont podrían haber desencadenado una auténtica tragedia. De hecho, aún no estamos seguros de cómo acabará todo esto a largo plazo si se siguen dejando en manos de los separatistas todos los resortes del poder en Cataluña, particularmente los medios, la Educación y los Mossos.
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Al igual que los demás no teníamos claro cómo podía acabar todo esto, es evidente que tampoco Junqueras y Puigdemont tenían claro cómo podía acabar. ¿Fuga de empresas? ¿Altercados? ¿Heridos? ¿Muertos? ¿Cárcel? Lo único que los golpistas tenían claro era la declaración de independencia, todo lo demás lo irían improvisando, nada estaba bajo control. Eso sí, sabiendo que nada esta bajo control y que cualquier cosa podía pasar decidieron tirar a Cataluña por el precipicio a ver qué pasaba. Por consiguiente en absoluto se trata de hombres de paz. Ha sido por pura fortuna y en todo caso por responsabilidad de quienes no eran ellos que los daños se han controlado o esto no acabado en tragedia.
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En realidad, por haber sí que ha habido heridos, para empezar policías a los que golpearon, lanzaron sillas o arrojaron piedras, todo ello documentado con vídeos. Eso por no mencionar al sujeto que perdió un ojo hostigando a la policía y tirando vallas a los agentes. Es un herido del lado de Junqueras, pero no obstante y de algún modo víctima de Junqueras. Lo que no pueden pretender Puigdemont y Junqueras es lavarse las manos de todo el lío que han montado, el riesgo generado y el daño efectivo sufrido por muchos catalanes, desde luego también el daño económico.
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No sólo es que esto de saltarse la legalidad, declarar una independencia unilateral, exaltar los sentimientos de la gente y lanzar al personal a tomar las calles son actividades inherentemente peligrosas, difícilmente controlables y de imprevisibles consecuencias, sino que todo ello se ha hecho como acompañamiento de una actividad netamente golpista, mediante un pucherazo y con un respaldo minoritario del 47% de la población. La situación de minoría de los golpistas ha quedado además ratificada y evidenciada de nuevo en las urnas tras las elecciones del 21 de diciembre. No son demócratas, no son gente con un mínimo de responsabilidad y desde luego no son gente de paz.
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Un comentario
Y está rulando por ahí un vídeo en el que Junqueras dice, más o menos, que pueden parar la economía catalana durante una semana, a ver qué consecuencias tendría para el PIB español y para la prima de riesgo. Y que ellos tienen sus «mecanismos y recursos».
¿Hombre de paz? No, lobo con piel de cordero.