Itoiz, las cunetas ,Yesa y los mantra-trolas de la izquierda

Es curioso cómo algunos de los mayores mantra-trolas de los políticos pasan desapercibidos aunque nos los hayan pasado por delante de las narices durante cuatro años. Comprensiblemente, esto sucede más fácilmente cuando el mantra-trola se esconde tras una omisión más que tras una acción. Un par de ejemplos pueden ayudar a entender de qué estamos hablando.

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El caso más paradigmático sería el del pantano de Itoiz. Los detractores de esta infraestructura repetían una y otra vez, cuando estaban en la oposición, que era un peligro inminente para la población. Que la presa se iba a romper en cualquier momento. Que constantemente se producían terremotos inducidos que ponían en peligro la integridad de la presa. Que iban a morir miles de personas aguas abajo por culpa del capitalismo, las empresas y los políticos derechistas corruptos.

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Alguien que efectivamente se creyera todo eso, lo primero que haría el primer día que llegara al gobierno sería empezar a vaciar el pantano. ¿Recuerdan ustedes que el cuatripartito haya mantenido vacío Itoiz durante los cuatro años de la pasada legislatura? La cuestión es más grave de lo que parece porque no hay más que dos alternativas: o no se creían ni una palabra de lo que decían en la oposición, o una vez en el poder les daba igual toda la gente que pudiera morir cuando se rompiera el pantano.

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El segundo ejemplo llamativo es el de los muertos en las cunetas. Tras cuatro años en el poder, habrá que asumir que ya no queda ningún muerto en las cunetas. ¿O se han tirado cuatro años en el poder sin sacar a los muertos de las cunetas? ¿Eso es lo que realmente les importaba que las familias de los represaliados pudieran enterrar a los suyos? ¿A cuántos han sacado de las cunetas en estos 4 años? ¿Saben realmente cuántos hay o dónde están? Si no lo saben, ¿cuál es el reproche cuando no son ellos los que gobiernan? Si lo saben, ¿por qué no los han sacado a todos? Y ojo, que claro que estamos a favor de que las familias puedan recuperar los cuerpos de sus represaliados. Faltaría menos. El problema es la magnitud, la significación y la utilización política del asunto.

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De algún modo algo parecido podría pensarse respecto a la publicación del informe independiente, encargado por el “gobierno del cambio”, que avala la seguridad del pantano de Yesa y su recrecimiento.

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No es que no haya habido problemas con el recrecimiento, particularmente tras las extraordinarias lluvias del 2013, pero lejos del tsunami holivudiense que pintaba la izquierda abertzale. Lo de la izquierda abertzale con los pantanos resulta extraño porque alguien podría pensar que un pantano está mal diseñado, ¿pero van a estar mal diseñados todos los pantanos? ¿Van a ser un peligro todos los pantanos?

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Que Yesa multiplique por dos su capacidad es en principio una gran noticia porque los pantanos tienen al menos 3 funciones absolutamente fundamentales. Primero dotarnos de una reserva de agua para el riego o el consumo. Segundo retener las grandes avenidas de agua reduciendo en lo posible los efectos de las inundaciones. Y tercero generar energía eléctrica barata y no contaminante. Pasar sed, racionar el agua, perder las cosechas, inundarse o no poder pagar la luz es a lo que la izquierda abertzale y podemita llaman “progreso”. En general, si nos fijamos, la izquierda suele llamar progreso a una serie de cosas que más bien deberían llamarse “primitivismo”. De todos es bien sabido, sin embargo, que si en algo es buena la izquierda es utilizar las palabras poniendo a lo blanco una etiqueta que diga “negro”, o alterando el significado de las cosas para que no poder discrepar de su discurso sea defender la libertad. Algunas veces sin embargo resulta bastante evidente el truco y acabamos de ver algunos ejemplos.

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