El pasado viernes se vivió en Barañáin un episodio en el que un policía foral, para salvar su integridad física, tuvo que hacer ostentación de su arma reglamentaria. La tensa situación que se vive en Barañáin contra el alcalde de UPN, José Antonio Mendive, viene experimentando una escalada que incluye desfiles intimidatorios por las calles o caceroladas. El viernes por la tarde, durante el concierto de prefiestas, un grupo de personas tomó el escenario por la fuerza dispuesto a leer un manifiesto. Se produjeron momentos de tensión entre la policía municipal, el grupo de saboteadores y escoltas de los concejales asistentes al concierto.
Más tarde, cuando la situación parecía salvada, un policía foral de paisano se vio reconocido por un grupo de personas. Ante la actitud amenazante de éstas, el policía trató de huir hasta verse rodeado. En ese momento optó por identificarse como agente, lo que fue respondido con el lanzamiento de piedras. El policía, finalmente, tuvo que exhibir su arma reglamentaria, gracias a lo cual pudo escapar hasta conseguir ayuda de una patrulla de la policía municipal.
Según algunos vecinos de Barañáin, algo de este estilo (o peor) viene temiéndose que suceda en cualquier momento. En los últimos días, observan atemorizados cómo grupos organizados de centenares de personas, como parte de la campaña contra el alcalde de UPN, desfilan por las calles de la localidad en actitud intimidatoria. Entre ellos, jóvenes de muy corta edad. Para muchos de estos vecinos, era cuestión de tiempo que una chispa desencadenara una situación violenta fuera de control. En abril del año 2006, el comercio de José Antonio Mendive en Barañáin fue totalmente destruido en una acción terrorista.