Circula por Internet a toda velocidad una propuesta que pretende igualar el estatus de nuestros políticos al del resto de los ciudadanos. La iniciativa se fundamenta en conceptos tan básicos como que los problemas e intereses de los políticos no sean distintos del resto y no tiene por qué ceñirse sólo al Congreso de los Diputados. Que los pilotos viajen dentro del avión no supone la seguridad absoluta, pero nos tranqu¡liza bastante a todos. He aquí la propuesta que está circulando:
Ley de Reforma del Congreso de 2011 (enmienda de la Constitución de España)
1. El diputado será asalariado solamente durante su mandato. Y no tendrá jubilación proveniente solamente por el mandato.
2. El diputado contribuirá a la Seguridad Social. El actual fondo de jubilación del Congreso pasará al régimen vigente de la seguridad Social inmediatamente. El diputado participará de los beneficios dentro del régimen de la Seguridad Social exactamente como todos los demás ciudadanos. El fondo de jubilación no puede ser usado para ninguna otra finalidad.
3. El diputado debe pagar su plan de jubilación, como todos los españoles.
4. El diputado dejará de votar su propio aumento de salario.
5. El diputado dejará su seguro actual de salud y participará del mismo sistema de salud que los demás ciudadanos españoles
6. El diputado debe igualmente cumplir las mismas leyes que el resto de los españoles (irpf, impuestos, seguridad social, etc.)
7. Servir en el Congreso es un honor, no una carrera. Los diputados deben cumplir sus mandatos (no más de 2 legislaturas), después irse a casa y buscar empleo.
Si cada persona pasa este mensaje a un mínimo de veinte personas, en tres días la mayoría de los españoles recibirán este mensaje.
Llegó la hora de arreglar el Congreso y devolver el sentido a la expresión: al servicio del pueblo (y no sirviéndose del pueblo).
4 respuestas
Totalmente de acuerdo, excepto el punto 7. Ese igualitarismo que nos corroe nos impide reconocer a los que destacan en algo, cercenando su cabeza para evitar los inútiles el bochorno de verse señalados por defecto. El que sea bueno que siga, el malo que lo descabalgue su partido, o los votantes. Y si no, que lo sufran como castigo a su inacción.
Eso y, además, que el voto en blanco también cuente y sea computable de tal forma que, los escaños correspondientes a dichos votos, queden vacíos. ¡Menudo ahorro!
Con que igualemos los Clubs de Fútbol con el resto de contribuyentes me conformaría.
Si como Vd. parece insinuar, los clubes de fútbol pagan menos que los contribuyentes, yo prefiero que nos igualen con esos clubes.