Partamos de la base de que, antes siquiera de consultar los datos, damos por hecho que habrá países en donde se paguen más impuestos. El problema es que no queremos parecernos a ellos. Ya puestos, queremos que el estado decida las menos cosas posibles. La razón es muy sencilla: queremos decidir cuantas más cosas posibles nosotros mismos.
Aclarado lo anterior, acudamos a los fríos datos. Se nos ha dicho, para justificar la última subida de impuestos, que la presión fiscal española era inferior a la media europea. El dato, aunque por muy poco, es cierto, si bien se refiere al año 2007. Nos preocupa sin embargo comprobar los datos de Eurostat del IRPF y el Impuesto de Sociedades referidos, respectivamente, a los años 2008 y 2009.
He aquí la gráfica comparativa del IRPF. España, como pueden observar, se sitúa por encima de la media europea.
La segunda gráfica se corresponde con el Impuesto de Sociedades. Una vez más, por encima de la media europea. Nótese, además, que el Impuesto de Sociedades en España es superior al de Suecia (SE).
Lamentamos por tanto tener que cuando menos matizar la afirmación de que en España pagamos menos impuestos que en Europa; una afirmación, por otra parte, que ya de por sí resultaba escasamente consoladora.
Del origen, al destino del dinero.
Siempre resulta curioso conocer dónde están todos esos billetes que tan a menudo echamos de menos en nuestra cartera. Hemos visto algunos datos sobre nuestra fiscalidad, que complementamos con algunos de los gastos más importantes y menos favoritos de los navarros a la luz de conmidinero.com. Ahí están (entre otros muchos recovecos de la Administración) los billetes que ahora echamos de menos en nuestro bolsillo.
